El "Zoroastrismo" tradicionalmente concibe la muerte como un triunfo temporal del mal sobre el bien: Este se adueña del cuerpo, y el cadáver maldito, contamina todo lo que entra en contacto con él.
La carne de un cuerpo muerto es tan impura que puede contaminarlo todo, es por este motivo que se crearon un conjunto de reglas con el fin de deshacerse del cadáver lo más seguro posible: como los elementos naturales: la tierra, el aire y el agua son sagrados, los cadáveres no pueden ser arrojados al agua o enterrados. La cremación fue prohibida también, por que el fuego es la emanación (directa) más pura de la divinidad.
Por lo tanto se desarrolló un complejo ritual, en el que los cadáveres serían, con el tiempo, expuesto a las aves de rapiña, y por lo tanto, devorados en un acto final de caridad con la naturaleza. Tras la muerte, las clases sociales y las riquezas desaparecían, todos los fallecidos serían tratados igualmente.

Un tipo de arquitectura especial fue inventada, con un único propósito, el ritual de enterramiento: Transportado por el desierto por los "nasellars" (portadores tradicionales de Zoroastro), los cuerpos de los fallecidos eran transportados sobre piedra-arenisca, atreves de las colinas prohibidas, para ser finalmente depositados en construcciones cilíndricas llamadas "Torres del silencio".

Una "Torre del Silencio", o "Dakhmeh", es una estructura construida en la cima de una colina, consiste en placas concéntricas alrededor de un pozo central. Los cuerpos son dispuestos en cuatro anillos concéntricos: el anillo exterior, el de los hombres, el las mujeres y el de los niños. A pesar de que  las aves de rapiña solo necesitan menos de una hora para dejar nada más que huesos, los restos de los muertos son dejados para disecarse en los círculos superiores no menos de un año, antes de que los "nasellars" suban a los círculos y empujen los esqueletos a los círculos interiores. Atravesando filtros de arena y carbón, los huesos desintegrados con el tiempo son lavados lejos del mar.

Un guardián vivía tradicionalmente dentro de la "Torre del Silencio", y era la única persona que era permitida para manejar todos los procedimientos ceremoniales, mientras que los familiares de los fallecidos se quedaban en un cuarto fuera de la torre, y se les prohibía la entrada.

El Zoroastro de Irán suspendió las ceremonias, y los "Dakhmeh" fueron prohibidos en los años 70, por el contrario, "Parsis" modernos, seguidores de Zoroastro en Mumbai y Karachi mantienen la tradición de la sepultura por exposición, a través de la utilización de sus propias "Torres del Silencio".