En una ocasión en la que vagaba por la web, encontré un conjunto de descripciones que me parecieron interesantes, y las comparto con ustedes.
ARIES
HOMBRE
[spoiler]
Yo voy por mi camino, dijo,
y cuando encuentro un riachuelo en la montaña
le prendo fuego...
Así que de cualquier manera
entraré en el jardín,
y no me importa lo que suceda.
Ese ser que está allí haciendo una llamada telefónica, ¿es una dínamo cargada eléctricamente? ¿Es una antorcha flameante?
¿Es una explosión, un pájaro... o es Superman? Vaya, prácticamente si. Es un varón Aries, lo cual se le aproxima bastante.
Esperemos, lectora, que sepas lo que pretendes. Si es emoción, el hombre Aries te la ofrecerá a raudales, y rara vez un instante de aburrimiento atenuará el chisporroteo. Pero si lo que buscas es la seguridad y la satisfacción de un amor tranquilo, entonces te has equivocado de cabina telefónica.
Aries puede abrumarte en un minuto con su ardor apasionado, y al minuto siguiente mostrarse tan frío como un oso polar. Si le ofendes o pierdes su interés -o ambas cosas- esa naturaleza marciana, cálida e impulsiva, se helará al instante, y volver a encenderla puede significar tener que empezar todo desde el principio, desde el Acto I, Escena I.
Los hombres Aries rebosan ideas y energía creativa. Mantenerse a su altura puede ser agotador, pero vale más que lo hagas, mentalmente por lo menos. Es típico de Aries dejar atrás a las tortugas, sin volver la vista. Probablemente su aspecto y su manera de actuar sean mas juveniles que la primavera, lo cual puede ser encantador; pero es posible que esa aura de juventud persista en sus actitudes mentales y emocionales hasta que madure, cosa que no le sucede muy pronto en la vida. Aries es impaciente con los apocados, es audaz y confiado, va siempre por delante de los demás, y más de una vez por delante de sí mismo. Puede ser el espíritu de la generosidad y prodigar alegremente a los extraños su tiempo, su dinero, su simpatía y sus posesiones. Pero también puede ser, cuando la satisfacción de sus deseos se retrasa o cuando se ve obligado a frecuentar gente que no le responde, exasperantemente intolerante, desconsiderado, egoísta y exigente.
Cuando se trata de amor, su actitud desaprensiva es absolutamente pasmosa. Se zambullirá en una aventura, con la total seguridad de que es el único amor verdadero desde que el mundo es mundo, tal vez con la excepción de Romeo y Julieta. Si la relación se rompe, el juntará los pedazos y recurrirá a cualquier procedimiento para salvar el difunto romance. Si es irreparable, empezará todo de nuevo, con una nueva Julieta, lo mismo que la primerísima vez. Por mas errores sentimentales que haya cometido, el Carnero está seguro de que su verdadero amor, su alma gemela, está esperándole en el próximo sueno. Y a menos que tú seas una mujer de Escorpio, el Aries es tan apasionado como pudiera soñarlo cualquier mujer. No es mucho lo que deja por desear. Es tan idealista y susceptible al sentimiento que sabrá sacar el jugo a todos los cosquilleos, suspiros, éxtasis y poesía que sea posible exprimir de una relación.
Aries es incapaz de quedarse a mitad de camino. Se entrega todo entero al interés ardiente del momento.
Es posible que tengas que vértelas con uno de los más tranquilos y te parezca una oveja. Pero no te dejes engañar. De todas maneras, el que lo rige es Marte. ¿No habla demasiado? ¿No es manifiestamente exuberante e impulsivo? Bueno, yo también conozco uno de esos. Pero te doy mi palabra de que, si pudieras ver por dentro esa cabeza dura, descubrirías que los sesos le giran aproximadamente a doscientas revoluciones por segundo. Siempre que te encuentres con uno de esta clase, que a primera vista no parezca tener el típico impulso marciano, examina los archivos del negocio en que se ocupa, y no tardarás en convencerte de que se trata de Aries. Después, pregúntales a las chicas que han salido con el. Probablemente te responderán con una risita. <<¿Él? ¿Falto de genio? ¿Tímido? Tú debes estar hablando de algún otro>>. Después de un tiempo empezarás a ver clara la imagen. Ese aspecto sereno es la máscara de un corazón ardiente y de una inflexible capacidad comercial. Naturalmente, es más fácil enamorarse de uno de los Aries simples y directos, que no se privan de demostrar el entusiasmo que les despierta todo, desde las patatas fritas al automovilismo, sin olvidar los paseos a la luz de la luna.
No hay otro signo solar capaz de ser tan escrupulosamente fiel como Aries cuando está de veras enamorado. Por lo común, su honradez le impide cualquier engaño, y su idealismo le mantiene a salvo del deseo de engañar. No importa lo que digan los libros, la promiscuidad no es un hábito de Aries, ni siquiera los flirteos a la ligera, cuando se ha enamorado profundamente y de corazón. Lo que él busca es un romance de novela, y los romances de novela no admiten una actitud frívola respecto al amor y al sexo. Las otras chicas fueron antes que tú aparecieras. Conozco un Aries que con frecuencia inicia los comentarios referentes a su pasado, dirigidos a su amor actual, diciendo: <<Eso fue antes de nosotros>>.
Claro que hay que estar alerta por lo que pueda suceder porque, a pesar de su sinceridad en su actual devoción y en sus promesas de total lealtad (que, a no dudarlo, son absolutamente veraces), su necesidad de romance es tan intensa que es capaz de irse a buscar en otra parte si su pareja no mantiene constantemente vivas sus ilusiones. En el minuto en que permitas, lectora, que vuestro amor pierda el tinte novelesco, es posible que él se salga del camino recto. Y para que lo sepas sin lugar a duda, para él un amor novelesco excluye irse a acostar por la noche con una mujer que se ha untado el pecho con ungüento para la tos. También excluye ser testigo de detalles de tu intimidad personal, tales como pintarte las unas, cepillarte los dientes, teñirte el pelo para quedar mas rubia, arrancarte la piel quemada por el sol, recortarte la cutícula o discutir durante horas por teléfono con tu madre. Para su mentalidad, esa no es la forma en que se conducen las princesas en las novelas. Y Dios sabe que Julieta jamás se habría sentado con los pies sobre una mesita, a mascar chicle y ver la televisión. Perfúmate cuando él esté en casa, y charla con tus amigas cuando no esté. Se le hace difícil pensar que es el Príncipe Encantador si cuando te besa para despertarte tu le respondes con un ronquido o le dices: <<Haz el favor de dejarme dormir, ¿quieres?>>.
Y realmente, dime si es así como debió reaccionar la Bella Durmiente al despertar. De manera que cuídate de saludarle todas las mañanas sin aliento y con los ojos húmedos, recién salida de tus sueños, maravillada de encontrar su hermoso rostro. Y no dejes de hacérselo saber.
Cuando su pareja descuida los aspectos románticos, el varón Aries se queda en principio con el corazón destrozado. Después se enoja y va en busca de una princesa que no ronque ni haga ese tipo de cosas. Por lo que a él se refiere, no es ninguna falta de honradez. El no rompió ninguna promesa; la rompiste tú. Tú, que le hiciste pensar que eras un delicioso ruiseñor que canta a la luz de la luna, como dice su canción favorita. Y ahora ha descubierto que en realidad eres una ardilla parlanchina o un pajarraco fastidioso, y el impacto te arranca de su mundo celestial de coros angélicos y campanas que repican cada vez que él te toca la mano. ¿Cómo pueden repicar las campanas si tú tienes siempre las manos llenas de ceniceros para lavar, y cómo puede él oír los coros si tú le reprochas que dos noches seguidas ha llegado a casa después de medianoche? (Lo cual es cierto, claro, pero ¿quién eres tú para creer que puedes vigilar sus movimientos? El matrimonio no es una prisión, ni tú eres su guardiana: esa es la actitud de Aries.)
Si aprendes a abrir los ojos y a mirarle a través de una bruma, y todas esas cosas, se quedará muy feliz contigo, y por ti ignorará a todas las mujeres del mundo. Es muy improbable que el Carnero se complique físicamente con más de una mujer a la vez (a menos que en su carta natal tenga como ascendente Géminis, o alguna influencia de Venus). Sencillamente, eso no concuerda con su imagen de un amor verdadero y perdurable. La decisión de romper con el antiguo vínculo la tomará siempre antes de que el nuevo se haya tornado muy profundo. Y no te faltarán advertencias: es muy raro que un Aries pueda fingir una pasión que no siente. Con eso sólo, ya no es posible que el calibre del engaño sea muy grande. Además, ahora tú ya sabes que hacer para mantenerle dentro de las paginas de la novela.
Para retenerle, hay que ser una combinación de Grace Kelly, Ursula Andress, Marie Dressler, Madame Curie y la Reina Victoria, con un poquito de Clare Boothe Luce para matizar. No hay princesa que, por sí sola, pueda satisfacer su imagen ideal. Es toda una hazaña convencerle de que una es superior a todas las demás mujeres, pero quien lo logre hará de él un hombre impecablemente fiel. Y vale la pena intentarlo, porque así como Aries se zambulle de cabeza en un romance, también huye de él con la misma decisión. Es tan idealista como egoísta, lo que quiere decir que no soporta admitir que se ha equivocado, o que el amor que el eligió pueda morir. Así y todo, no hay que olvidar que para él pueden ser insoportables situaciones que otros considerarían normales. Después de una separación, si lo encuentras en un estado de ánimo adecuado, es posible reavivar el fuego del romance, pero para eso hay que actuar como si jamás hubiera existido intimidad alguna. Para ganarle habrá que jugar fuerte, porque le entusiasman los desafíos. Y si alguna vez surgen problemas, será mas fácil perdonarle un extravío si recuerdas que fue causado por un impulso repentino, después que su ruiseñor dejó de cantar a la luz de la luna, y no fruto de la búsqueda deliberada de una frívola aventura. En realidad, el adulterio resulta desagradable a la honradez de su naturaleza. No pongas en peligro el futuro. Ya que tienes la llave mágica de su corazón, úsala.
Y si se te ocurre la idea de jugar con él el juego del flirteo... descártala. Con Aries, probablemente tu primera indiscreción será la última. Un susurro o una mirada insinuante a otro hombre puede bastar para que le pierdas, y no hablemos de una infidelidad real. Él insiste en ser el primero en todo, y puedes apostar tu recuerdo mas querido a que eso incluye ser el primero en tu corazón. Aries es posesivo y extremadamente celoso. Solamente el varón de Leo es capaz de enfurecerse más que él ante la sola idea de una traición de su amada. Y lo que empeora las cosas, es que el Carnero jamás te concederá la fe ciega que espera de ti en asuntos de amor. Simplemente, tienes que entender que sus animadas conversaciones con otras mujeres son inocentes, porque él exige para el contacto social toda la libertad que le niega a su pareja, y mas aún. Tu amante marciano te colocará en un pedestal y esperará que permanezcas allí. No muevas ni un dedo, ni siquiera des la impresión de que tienes ganas de moverlo.
El hombre Aries es rebelde por naturaleza. Le encanta desafiar a la autoridad, y piensa que el nació mas vivo que todos los demás. Es posible que eso sea así, pero a la mayoría de la gente no le gusta que se lo digan. A consecuencia de su forma temeraria de imponer su superioridad, es posible que más de una vez se pele la frente. Como él necesita conducir y se niega a ir detrás, los que tienen mas poder que él le darán mas de una vez una lección de humildad. En esas ocasiones, tú sales ganando, porque a ti recurrirá en busca de consuelo y seguridad para su yo magullado. Entonces te darás cuenta de que su fachada confiada y agresiva oculta un complejo de inferioridad, pero el preferirá morir antes que admitirlo. La mujer que trate con suave y absoluta devoción su pulverizada confianza es la que cuenta con más posibilidades de conservar su afecto. Jamás cometas el error de estar de acuerdo con su momentáneo enemigo, ni de intentar ser justa y ver la otra cara de la situación conflictiva. Tú debes amar lo que él ama y odiar lo que él odia. En el amor y en la amistad, Aries exige la misma lealtad orgullosa e incondicional que él brinda. Es su código, y si no puedes ajustarte a él, búscate otro hombre.
En la naturaleza de Aries no hay lugar para tretas sutiles. No es nada difícil reconocer cuando, para un hombre de este signo, una relación se ha terminado. La frialdad y el aburrimiento en su voz y en sus modales serán inconfundibles, y generalmente irán acompañados de una sincera declaración que exprese las cosas con cristalina claridad. Por otra parte, una fogosa explosión de có1era es menos grave, y significa que su disgusto no es, probablemente, mas que un estado de animo pasajero y que el romance puede salvarse. Con los Aries, el hielo es más temible que el fuego.
A los hombres de Aries no les gustan los juegos. Aries enfoca las cosas de forma directa, tanto en el romance como en los negocios. Una vez que el amor ha sido reconocido, Aries no perderá un segundo, pero cuidado: deja que quien lo reconozca sea él. No le persigas, no le llames frecuentemente por teléfono, no le mires embelesada ni le declares tus sentimientos hasta estar del todo segura de que la pasión es recíproca. La manera más rápida de perderlo es tomar la iniciativa. En eso, como en todo, el líder tiene que ser él, y si no se lo permites, puede desinteresarse con una rapidez tal que te dejará tan atónita como aplastada. Sin embargo, cuando ya estéis comprometidos en firme, no te muestres demasiado indiferente, porque buscará en otra parte quien le preste atención. Con un Aries, el amor es como caminar por la cuerda floja entre un cálido interés y un desapego distraído. Tendrás que ser prácticamente una artista del trapecio. No corras tras el, pero tampoco le huyas. Cuélgate una mascota al cuello, búscate un trébol de cuatro hojas y pídele un deseo a la primera estrella. Con eso conseguirás tanto como con una estrategia metódica y formal, y probablemente mas. Incluso después que seas suya, tienes que mantenerle en suspenso. Al mismo tiempo, Aries necesita la seguridad de que tu amor sigue presente. Aprende a vivir así... o aprende a vivir sin Aries.
En cuanto a lo positivo, aunque tu amante Aries insista en ser el primero en la relación, será también el primero en decir que lo lamenta cuando hayáis reñido, y el primero en estar a tu lado cuando le necesites. Cuando estés enferma o triste, no se separará de ti. Para complacerte gastará el dinero con prodigalidad y buena disposición (si es un típico hijo de Marte). Te hará un cumplido por tu aspecto externo, apreciará tus capacidades y será un compañero mentalmente estimulante. Por más que pueda ser mandón y perder los estribos por una bagatela, rara vez dejará que el Sol se ponga sobre su ira, sin hacer las paces. Tú serás lo más importante de su vida, pero él espera que tú lo sepas, y espera recibir afecto y atención cuando está excitado por alguna idea nueva que se apoderó de su interés. Quiere ser él todo tu mundo, pero a diferencia de otros hombres, si tú eres su igual te dejará que compartas el suyo.
El varón Aries espera que la dama de sus sueños sea al mismo tiempo ultra femenina y desenvuelta. La quiere completamente independiente, pero dispuesta a marchar unos pasos detrás de él. Espera que le elogien y le demuestren devoción, pero sin entrar jamás en el papel de humilde esclava. ¿Todavía estás conmigo? Bueno, que muchacha tan valiente. Pero hay más. Aries es capaz de decir cosas amargamente crueles y sarcásticas cuando su yo está herido, cosas que él dice sin la menor intención, pero que a ti pueden destrozarte el corazón si no lo entiendes. Y después esperará que le perdones y que te olvides con la misma facilidad que él. Tendrán que gustarte todos sus amigos, aunque él se reserve el derecho de aburrirse con los tuyos, pero lo que querías era un hombre, ¿no? Y en tu compañero Aries sin duda lo has encontrado. Si eres una mujer de verdad, vuestro amor puede ser la envidia de todo el pueblo, como el de Romeo y Julieta (sin la tragedia, claro).
Una vez que te hayas casado con él, Aries será el dueño de la casa o se ira de ella. No aguanta que le molesten en público ni en privado, y mucho menos por la forma en que gasta su dinero. ¿Acaso no se lo gana él? ¿No es su dinero? (A veces, ese pronombre posesivo puede ampliarse hasta abarcar también el dinero que ganas tú.) Es posible que no sea capaz de equilibrar del todo el presupuesto -y es por pura bondad que lo digo con tanta delicadeza-, pero no intentes encargarte tú de ello, aunque toda la vida hayas sido un genio en matemáticas. Jamás quieras interferir en sus asuntos financieros. Es esencial que sea siempre él quien ajuste los cordones de la bolsa. Si es un Aries típico, será generoso con el dinero, y te dará todo lo que necesites. Podrás tener tu bolso de piel de víbora cuando él se haya comprado la cartera de cocodrilo.
Puede ser un poquito egoísta, pero jamás tacaño.)
Aunque pueda cambiar frecuentemente de trabajo hasta que llegue a ser su propio patrón, un Aries no te dejará morir de hambre. Encontrará manera de conseguir que el dinero siga llegando, por más que se vuelva a marchar con la misma rapidez. Será mejor que ahorres algunas monedas de las grandes en el cerdito de porcelana y le des la sorpresa cuando mas las necesite, porque no es probable que él ahorre mucho (a no ser que tenga algún elemento positivo, como la Luna en Capricornio o en Cáncer, o un ascendente que le predisponga a hacer economías).
Con cada bebé que tengáis, él se conducirá como el delicado y orgulloso papá de tus sueños. Es posible que mas adelante sea un poco mandón con los niños y trate de imponerles sus carreras. Será un padre tierno y maravillosamente divertido, pero es posible que haya que recordarle que los chicos necesitan de la independencia tanto como él. El de padre es, decididamente, un papel que a él le gusta. El béisbol, las charlas sobre aves y abejas, el fútbol, salir a cenar con su mujer, la serie completa. Pero no le des la impresión de que alguno de los pequeños es más importante que él para ti, porque entonces la cosa dejará de gustarle.
Una vez casados, la mujer de Aries puede seguir adelante con su carrera, si así lo desea. Lo más probable es que él no se ofenda, siempre y cuando su cónyuge no brille más que él. Es importante que recuerdes que le resulta más fácil perdonar las sopas de lata o las comidas congeladas que la falta de fe en sus ideas.
Estimula su independencia, pero procura doblegar -con tacto- su carácter impulsivo. El conductor debe ser él, porque si no, la vida no vale la pena. Su gran entusiasmo burbujeante puede morir una triste muerte si le echas un cubo de agua fría o, con una negativa, provocas un cortocircuito en su energía positiva. En el momento en que pierda su autoridad, en el trabajo o en casa, su estimulante optimismo se convertirá en sombrío descontento para acabar finalmente en un decidido desinterés. No está en su naturaleza someterse. Aries es hombre entre hombres, y su mujer jamás debe destruir su masculinidad, sin que ella pierda su individualidad tampoco. No intentes manejarlo, ni dejes que él te maneje. Un marido de signo Aries no aguantará que su mujer tenga todas las noches reuniones en el club, pero no tolerará tampoco una esposa que se pase todo el día en casa tejiendo manteles y cubrecamas. Se trata de alcanzar un término medio. Y si aciertas, piensa que algún día serás la única Julieta de pelo blanco en tu círculo, con un marido que seguirá poniéndose romántico cuando se hayan cumplido vuestras bodas de oro. Es todo un desafío, si eres romántica... y claro que lo eres, porque si no, para empezar, no te habrías metido con un Aries[/spoiler]
MUJER
[spoiler]-¿Pero es que no vas corriendo a ayudarla? -preguntó Alicia.
-¡Es inútil, es inútil! -dijo el Rey-.
-Corre con tan tremenda rapidez que sería como intentar dar caza a un Bandersnatch.
¿Conque estás enamorado de una muchacha Aries? Pues no sé si felicitarte o compadecerte.
Cuando Byron escribió que <<el amor del hombre es cosa aparte de la vida del hombre; para la mujer es toda su existencia>>, se olvidó de que había mujeres Aries. Una mujer Aries puede pensar que el amor es toda su existencia, pero está demasiado absorta en el mundo que la rodea, por no hablar de lo vitalmente absorta que está en sí misma, para que el amor sea realmente el comienzo y el final de su vida. Aries puede pasarse sin un hombre más fácilmente que cualquier otra mujer.
Claro que pasarse sin un hombre no significa pasarse sin romance. La mujer Aries necesitará siempre de ese héroe de sus sueños por quien suspira en su corazón. Es posible que esté muy lejos en el tiempo y en el espacio -o simplemente invisible e inaccesible, oculto en las nieblas del mañana-, pero en una lluviosa tarde de abril, nuestra amiga estará pensando en él.
Rondará sus pensamientos cuando caiga la primera nevada, cuando ella escuche cierta canción o vea destellar un relámpago. Sin embargo, por más que suspire por él, si no se da en forma inmediata la presencia física de un varón, la mujer Aries no le echará terriblemente de menos. Cualquier cosa que él pudiera hacer, yo puedo hacerla mejor: eso es lo que ella piensa.
La muchacha Aries se abre sola las puertas. También se pone sola el abrigo, libra sus propias batallas, se aparta ella sola la silla, llama el taxi y se enciende el cigarrillo sin necesidad de ayuda masculina. Para ella, hacerlo sola es la manera mas rápida de hacer algo. Naturalmente, no es una actitud que guste demasiado al vulnerable ego masculino. La joven marciana está decidida a tomar la delantera, a ser la primera en emprender la acción, y en ello incluye tomar la iniciativa para empezar un romance. Entre todos los signos solares, son las mujeres Aries las que más probabilidades tienen de declararse, especialmente si el hombre no se decide a hacerlo. Y, amigo mío, ese es el único momento en que puedes demostrarle sin peligro tus sentimientos: cuando ella se te declare. Si lo haces antes, estás corriendo un albur. Ten mucho cuidado con tus iniciativas cuando la chica es Aries, porque a ellas les gusta dirigir la relación amorosa. Mas vale que te asegures bien de haberte metido su corazón en el bolsillo antes de intentar rodearle la cintura con un brazo y darle un beso de despedida, porque si no, es posible que te lance un gancho de derecha en la mandíbula y huya como una cervatilla asustada.
Pero no te confundas. La razón de su huida no es su modestia virginal, ni el miedo a tus apasionadas intenciones. Con eso puede arreglárselas muy bien. Si escapa es por el temor de verse complicada con un esclavo reverente o con un cachorrito enamorado, porque cualquiera de esas cosas le arrancaría lágrimas de aburrimiento. Muéstrate indiferente, mantenla en la incertidumbre, y lo más probable es que sea ella quien te arrincone. Un hombre que se resiste a su influencia es siempre seductor para una Aries, que no puede entender que él no está fascinado por sus indudables encantos. Entonces, su naturaleza marciana no dejará piedra sin mover para demostrar que ella es deseable, aunque él no le despierte ningún interés duradero.
El arquetipo de la mujer de este signo es Scarlett O'Hara. Como ella, la joven Aries conseguirá tener a sus pies a todos los varones existentes en ciento cincuenta kilómetros a la redonda, mientras su terco corazón se derrite por el único hombre que, por la razón que fuere, le resulta inaccesible. Como Scarlett, la mujer regida por Marte es capaz de adaptarse rápidamente para sobrevivir, para hacer frente a un ejército que avanza y para, con helada tranquilidad, atravesar de un balazo la cabeza de quien signifique una amenaza para sus seres queridos.
El momento en que Scarlett muestra mejor las características del signo es cuando hambrienta, sola y sin amigos, sin aguantar a que un hombre corra en su auxilio, levanta los puños al cielo para gritar: <<Sobreviviré, y jamás volveré a tener hambre... ¡Pongo a Dios como testigo de que aunque tenga que mentir, estafar, robar o matar, jamás volveré a tener hambre!>>. Y mucho después, con el corazón destrozado, muerta la hija que amaba y cuando el único hombre que ha amado en su vida está a punto de abandonarla, esta mujer típica de Aries todavía es capaz de decir: <<Ya se me ocurrirá la manera de hacerle volver. Jamás ha habido hombre a quien no pudiera conseguir, si he puesto en él mi mirada... Después de todo, mañana será otro día>>.
Si, Scarlett O'Hara nos da una nítida imagen del primer signo solar del zodiaco, con toda la fuerza de Marte y con su capacidad para rehacerse de la tragedia; apta para desempeñar hasta sus últimas consecuencias el papel femenino, con sus caídas de ojos y una oportuna lagrimita, pero igualmente capaz de hacer un trabajo de hombre cuando no hay hombre a mano. Un cuidadoso estudio del personaje Scarlett permitirá al lector tener una clarísima imagen de lo que le espera con una Aries... y, naturalmente, también de las recompensas que puede esperar después de haber tenido la valentía de cortejarla. Es posible que su impulso agresivo sea difícil de soportar, pero su radiante optimismo y su fe en el mañana pueden resultar muy estimulantes.
A las muchachas Aries les encanta que las halaguen, pero con sinceridad. Hazle saber a tu chica que la admiras, pero sin ser demasiado florido ni meloso. La lealtad de las Aries en amor es total, siempre que su galán sepa mantener vivo el sentimiento, porque son muy sentimentales. En ellas se da la contradicción típica del signo: no quieren que las persigan, pero pierden rápidamente el interés por quien se muestra demasiado indiferente. Una Aries no quiere un varón completamente dominante, pero tampoco se entusiasmará por un hombre que se eche a sus pies para adorarla. Antes de que el amor pueda aportarle la felicidad, la mujer Aries debe responder al eterno desafío de Marte: el intenso deseo de controlar al amante, en conflicto con el secreto anhelo de ser controlada por él. Increíblemente idealistas, son mujeres que a veces buscan en vano el valiente caballero de armadura resplandeciente que las embargue de emoción y conquiste el mundo para ofrecérselo en bandeja, sin que eso les haga sacrificar su virilidad. Como tal personaje no existe más que en los cuentos de hadas y en las leyendas de la corte del Rey Arturo, es frecuente que la mujer Aries ande sola, sin estrella que la guíe. Sus días son luminosos y llenos de emoción, como oscuras y llenas de nostalgia suelen ser sus noches. Sin embargo, cuando sus sueños derrotados se convierten en ardientes cenizas, cuando ya uno piensa que la llama se extingue, Aries se levanta de un salto para encender otro fuego.
Para amarte, la mujer Aries debe estar orgullosa de ti, pero no exageres tu importancia hasta el punto de dejar de prestar atención a los talentos y las capacidades de ella. Aunque te exija mucho, te lo devolverá con creces. La joven Aries puede ser generosa en exceso con su tiempo y su compasión, compartir alegremente posesiones y dinero, pero cuando se trata del amor es lista y llanamente avara. En cuanto a las relaciones amorosas, su lema es <<lo que es mío, es mío>>, y no hace falta mucho para provocar una explosión de celos. No se te ocurra admirar en presencia de ella a tu actriz favorita, ni tener demasiadas atenciones con sus amigas. El hombre casado con una mujer Aries hará bien en buscar un secretario varón. Si no siente que es la primera para ti, en todos los sentidos, no tardarás en preguntarte por que han desaparecido tan rápidamente la intensidad de la pasión y la emoción subyugante. Cuando la mujer Aries se siente realmente herida, su fuego se convierte en hielo. Su fuego arde intensamente y se extingue con rapidez; su hielo puede ser eterno. No lo olvides, si es que ella te interesa en serio... y es poco probable que ella quiera interesarte de ninguna otra manera. Aries juega a todo o nada.
Son mujeres que ponen a su amado en un pedestal y esperan que viva de acuerdo con una imagen de imposible perfección, negándose tercamente a advertir que tiene los pies de arcilla, hasta que se le aflojan de tal modo que incluso ella tiene que notarlo. Jamás critiques al amante, al marido o a los hijos de una mujer Aries, a menos que te hayas puesto un traje de amianto. Son mujeres capaces de ser exigentes, egoístas, y de hacer observaciones hirientes si alguien arroja un cubo de agua fría sobre lo que es suyo. Pero también pueden ser gentiles y delicadas cuando se las sabe tratar.
Como las Aries prefieren la compañía masculina a la femenina, y solicitan la admiración de todos los hombres que las rodean, entre los nueve y los noventa años, con una de ellas te sobrarán las oportunidades de sentir los aguijonazos del pequeño monstruo verde de los celos. Olvídate de ellos. Si ella se mostrara contigo orgullosamente posesiva, ni por un momento aguantará que tú seas posesivo con ella. Una mujer de este signo insiste en tener completa libertad, tanto antes como después de casarse. Vaya donde vaya y haga lo que haga, tendrás que confiar en ella, por más que ella no tenga en ti una fe semejante (a menos que haya aprendido por las malas a controlar sus emociones). De todos modos, la cosa no es tan dura como parece, porque una vez que Aries se entrega de verdad, es fiel. Es raro que la joven Aries pueda amar a dos hombres al mismo tiempo; simplemente, su honradez no le permite el engaño. Si no median circunstancias excepcionales, te hará saber con toda claridad que su amor ha muerto antes de entablar una relación seria con otra persona.
Es una mujer capaz de pasión profunda y de místico idealismo, entretejidos de las maneras mas extrañas. En una relación que ella sienta como auténtica y perdurable, no habrá lugar para reticencias, astucias femeninas, maniobras de coquetería o juegos tontos. Su amor es directo, como su forma de hablar y de actuar. Hay algo limpio y fresco en la sencillez de sus emociones que, así y todo, la llevan a veces a aguas demasiado profundas para ella. Es posible que tengas que domesticarla un poquito, pero si te ama de verdad, lo aceptará con una docilidad sorprendente.
Las mujeres de Marte suelen ser mujeres de carrera, capaces de desenvolverse bien en la misma profesión que un hombre, desde corredor de Bolsa a agente inmobiliario. También pueden lucir un lindo perfil o una pierna bien torneada en ocupaciones estrictamente femeninas, como la de actriz o la de modelo. A veces resulta difícil conseguir que una muchacha así deje su trabajo por un hombre, si es una carrera o una profesión autentica. Tal vez durante un tiempo lo abandone todo, mientras se sienta inundada por el resplandor del romance y se imagine una casita de novela para los dos solos, junto al mar (ya que es típico de la imaginación Aries ir directamente a las partes gratas e ignorar las aburridas). Pero cuando haya que darle una mano de pintura a la casita, cuando en el techo aparezcan goteras y el resplandor inicial comience a oscurecerse, es posible que Aries se ponga ansiosa por sacar de nuevo a relucir su carta de trabajo. No hay que impedírselo. Será mucho más feliz y se sentirá más enamorada -y hasta más dulce- si se le permite llenar sus ratos de ocio con algo que le interese. Las emociones insatisfechas pueden llevar al marciano a convertir un grano de frustración en una montaña de problemas.
Prácticamente, no hay nada a lo que una mujer de ese signo sea incapaz de hacer frente. Ya se trate de una cosa importante o simplemente de algo que se le ocurra para alegrar su vida, algún intento hará por conseguirlo, sin importarle si es práctico o no. Conozco una mujer Aries que, por razones financieras, se vio obligada a vivir durante varios años en dos habitaciones, con el marido, cinco hijos bien inquietos y un perro. Es una situación bastante sofocante y cuya sola perspectiva puede despertar algunas dudas en una mujer con sentido común. En una marciana, no. Esta se las arregló para enfrentarla, aunque quizás alguna vez sufriera momentos de malhumor. Cuando estaba en esa situación, un astrólogo le leyó su carta natal y le señaló que sus aspectos planetarios mostraban un largo periodo de gran estrechez en su vida. Ella se quedó muy intrigada. <<¿Y cuando parece que pueda ser eso?>>, quiso saber.
La misma impulsiva Aries un día sintió repentinamente la urgencia de agregar un perro más al grupo que acampaba en sus dos habitaciones. Tenía la sensación de que el mimado de la familia necesitaba compañía femenina; se le veía muy solo. Además, a los niños les pareció una idea realmente sensacional.
El descubrimiento de que el segundo perro no sabía comportarse en una casa la arredró só1o temporalmente. Decidida como un sargento instructor, asignó turnos para que todos los miembros de la familia fregaran sucesivamente la alfombra. Cuando comprobó que de todas maneras jamás volvería a quedar como antes, analizó la situación para tomar una decisión. ¿Deshacerse del segundo perro? No faltaba más. Nuestra amiga abrigaba la secreta esperanza de que pronto habría cachorros. De alguna parte tendría que salir el dinero para comprar una alfombra nueva. Y lo raro fue que apareció. En cuanto a los cachorros, ella estaba segura de que se produciría algún milagro y de que todo el batallón podría ir a vivir a un apartamento nuevo antes del feliz acontecimiento. Y lo raro es que eso ocurrió. Los milagros tienden a sucederle a la gente que cree en ellos, y vaya si las mujeres Aries creen. A veces, hasta el límite de la bobería. Su precipitación puede llevarlas a meterse en líos muy complicados, y es posible que ya tengan algunas canas antes de aprender a no pasar por segunda vez por la misma complicación. Aries no suele aprender de la experiencia. Ganas no le faltan, pero su disposición no le deja. De nada sirve alertar a una mujer típica de Aries con la bíblica advertencia de que <<el orgullo va antes de la caída>>, frase que ella interpreta desde que se la enseñaron por primera vez, en el sentido de que <<cuando pierdas el orgullo, caerás>>.
Nunca te inquietes por la posibilidad de que tu amada Aries sucumba a los encantos de un lobo. Es tan inmune a los lobos como a los playboys, y corre mucho mas peligro de verse seducida por algún idealista que defienda una causa, sobre todo si es una causa perdida. Pero ni siquiera con él se privará de hacer valer con frecuencia su individualidad, rasgo éste que jamás quedará completamente conquistado en la mujer de Marte, por más que el hombre adecuado pueda suavizarlo. Una muchacha Aries te hará regalos, te prestará dinero, te cuidará cuando estés enfermo y te ayudará a conseguir trabajo. Y esperará lo mismo de ti.
Aunque ella lo niegue con vehemencia (con la misma vehemencia que pone en casi todo), cuando se siente triste, tú también tendrás que estarlo. Cuando esté feliz, tendrás que estar feliz. Para Aries, amar es compartir en la igualdad. Tu Aries espera compartir tus hojitas de afeitar, tu cuenta bancaria, tus amigos y tus sueños. A cambio, tú puedes compartir los de ella. Claro que es posible que su hojita de afeitar esté rota, su cuenta bancaria casi en cero, sus amigos un poco dispersos, y que sus sueños sean demasiado fantásticos para que tú te los tragues, pero ella no se mostrará egoísta con sus posesiones. Que no le cuentes un secreto puede hacerla enfurecer, y no es buena idea hacer enfurecer a Aries. Jamás hagas que se avergüence de tu lenguaje, de tu ropa o de tu conducta en un lugar público. Ella jamás te hará sentir incómodo, por lo menos en esos aspectos.
Herir su orgullo o poner freno a su entusiasmo son cosas que pueden poco menos que destrozarle el corazón. Es, ni más ni menos, lo que continuamente le hacen otros. El mundo no perdona a una mujer que no se calla y que se considera mas despierta que nadie. Cuando descubra que, después de todo, la que rige el Universo no es ella, correrá a tus brazos con lágrimas en los ojos, huyendo de su mundo oscuro y desalentador.
Entonces tendrás oportunidad de verla tal como es realmente, indefensa y vulnerable en extremo, pese a toda su confianza exterior. En realidad, no es la mujer invencible, por más que le gustaría serlo. Admira la fuerza y procura imitarla. Es frecuente que la realidad haga pedazos el idealismo de Aries y su fe optimista en la naturaleza humana. Si en esos momentos la consuelas con ternura, es probable que jamás llegues a perderla.
Defiéndela siempre contra sus enemigos, porque no te perdonará que no luches en favor de ella o no te pongas de su lado. (Pero prepárate para hacer las paces con ellos cuando Aries las haga, cosa que puede suceder en cualquier momento.) Por lo menos, en eso juega limpio: ella también te defenderá. Una mujer Aries se jugará, desafiante, fama o fortuna frente a cualquiera que lastime a un amigo de ella. Si te ama, su indignación no tendrá límites. Son mujeres de lealtad absoluta.
Como esposa, puede ser todo un desafío. Es probable que tenga sus intereses fuera de casa, porque rara vez un hogar será suficiente para sus energías creativas. No esperes que sea un grillito feliz y que se quede cantando alegremente junto al fuego. Como cocinera será bastante competente y mantendrá la casa brillante de limpieza... la parte que se ve, por lo menos.
También te coserá los botones y te planchará las camisas, pero a disgusto. Así y todo, si es necesario lo hará. (Una mujer Aries es capaz de hacer casi cualquier cosa cuando es necesario.) Su fuego se parece mas a los destellos de un diamante que al resplandor acogedor y cálido del hogar encendido. En su naturaleza hay innegablemente cierta fragilidad, y serán mas las veces que te agite que aquellas que te tranquilice. Pero te aportará emoción y sin duda no te aburrirá nunca. Tiene también sus momentos de dulzura que desmienten su impulsividad... para el hombre que tenga la paciencia de sacarlos a la superficie. Las marcianas poseen mayor ternura interior de lo que puede imaginarse quien jamás ha estado en verdad próximo a ellas. Su conversación es muy inteligente y muy frecuente. No te ocultes tras el periódico durante el desayuno. Ella espera encontrar en ti a un compañero; de lo contrario, ya puedes empezar a hacer tú los huevos fritos.
Es raro que se queje de que está enferma o cansada, pero cuando algo le duela esperara compasión por toneladas. Aunque tal vez tengas que sentarte encima de ella para que se quede en cama cuando le consuma la fiebre, prepárate para atenderla como a una inválida si tiene un dolor de muelas.
Aries no es mujer a la que se pueda llamar por teléfono para decirle que te quedarás trabajando hasta tarde en el despacho, salvo que te divierta provocar un estallido de fuegos artificiales en pleno invierno. No es que tenga inconveniente en mantener la salsa al calor; lo que en realidad le disgustará es no saber que estás haciendo, y es muy posible que vuelva a llamar para verificarlo. Una esposa Aries le causará probablemente una gran impresión a tu jefe... si puedes convencerla de que no le diga cómo debe administrar el negocio. Si por un tiempo tú estás sin trabajo, no tendrá inconveniente en ser ella quien traiga el pan a casa, pero jamás podrá respetar a un hombre que gane menos dinero que ella (aunque jamás dejaría a un hombre por esa razón; mas bien se inclinaría a justificarlo con excusas). Si excepcionalmente le da por abandonarse, la primera palabra de desaprobación de su pareja la enviará presurosa frente al espejo y a la botellita de perfume. (En este aspecto, es tan femenina como la propia Eva.) Lo mismo conseguirás si haces un comentario halagador sobre el nuevo peinado de tu secretaria, pero es más peligroso. Además, ya te advertí que es mejor que optes por un secretario. En la mujer marciana hay una vena de vanidad que la hace sensible a todo -desde su edad a la más inocente observación sobre lo cansada que se la ve- lo que ella puede interpretar como que tú piensas que parece una vieja ajada.
Si no mantienes viva la pasión y el romance en tu matrimonio, la harás amargamente desdichada, y como Aries está dispuesta sin demora a cambiar una situación que provoca desdicha, es fácil que se llegue a una separación apresurada o a un divorcio impulsivo. En la mayoría de los casos es una imprudencia permitir que Aries administre los fondos de la familia, pero si eres de los que te tomas las cuestiones económicas con espíritu deportivo, puedes intentarlo.
Como madre, Aries tendrá buen cuidado de que el bebé esté limpio, feliz, sano y amado. No es fácil que lo tome en brazos cada vez que llore, que esté pendiente de él ni lo sobreproteja, pero sus hijos recibirán una lluvia de besos cálidos e impulsivos y de estrechos abrazos. Una madre nacida en abril enseñará a sus hijos a creer en duendes. Los llevará a pasear por el parque y les enseñará los collares rutilantes que se olvidaron sobre el césped las hadas que vinieron a danzar a la luz de la luna, y que para otra gente son simples gotas de rocío sobre la hierba. La madre Aries crea para sus hijos un mundo mágico de fantasía: es el mundo en que ella misma vive. No será tolerante en exceso, insistirá en una disciplina estricta y probablemente tenga la suerte de ver a sus hijos convertidos en adultos independientes. En psicología infantil, sus armas favoritas son un remo de madera, cuentos a la hora de acostarse y el beso de buenas noches.
Es mujer que puede ser temperamental hasta lo irrazonable, y capaz de provocar algunas escenas violentas. Pero con la misma rapidez con que se enciende, su có1era se disipa como una tormenta de verano: Aries es incapaz de guardar rencor, buscar venganza o complacerse en la autocompasión o en la amargura. Después de una tormenta, su optimista naturaleza de abril reaparecerá como el arco iris que surge súbitamente, pasado el chaparrón. Muchísimas personas afirmarán que la mujer Aries es totalmente masculina, pero no hay que creerles.
Por debajo de su cáscara relampagueante y enérgica, es pura femineidad; tal vez demasiado mujer para el hombre medio. Pero no hay duda de que un caballero de reluciente armadura no es un hombre medio. Si hay por ahí algún valiente caballero solitario que me escuche, esta es el hada de sus sueños, digna de todos los dragones que tendrá que vencer para conquistarla.
No hay que olvidar que es sensible, a pesar de su radiante sonrisa de bravura (que no es más que su escudo contra el dolor). Quien pueda transformar al Carnero en cordero, tendrá una mujer honrada y apasionada, leal y fascinante, bien que pueda ser un poco impulsiva, autoritaria e independiente. Bueno, pero es que no se puede tener todo, ¿no? La joven Aries te ayudará, lector, a encontrar tus ilusiones perdidas, y tendrá una fe ciega en todos tus sueños. Y si dices que no tienes ninguno, pídele alguno prestado; ella tiene muchísimos. Si crees en ella la mitad de lo que ella cree en ti, juntos podréis hacer algunos milagros.[/spoiler]
TAURO
HOMBRE
[spoiler]Como enamorado, Tauro es tierno, suave y protector. Su naturaleza sensual le hará sensible a tus perfumes exóticos, a la tersura de tu piel y a la suavidad de tu pelo. Es posible que no te lo diga directamente en florido lenguaje, pero encontrará la forma de hacerte llegar el mensaje. En el Toro, el sentido del tacto es una cosa tangible. Este signo terrestre, fijo y negativo, está lleno de contradicciones en amor. A Tauro le gustará verte envuelta en pieles suntuosas y colores profundos. Puede llevarte un fragante ramillete de violetas recién cortadas para tus pieles, y a la ancianita que las vende le dejará una enorme propina en la cesta, porque le recuerda a su madre. (Sin embargo, tú no le recordarás de ninguna manera a su madre ni a su hermana, salvo a la hora de protegerte de las miradas agresivas de otros Toros que pretendan pasar a la acción.) La música removerá sus emociones y lo pondrá en estado de ánimo más favorable al amor. Es casi seguro que tiene una canción favorita que le hace acordarse de ti cada vez que la oye.
Es la que siempre selecciona cuando echa una moneda en el tocadiscos automático. Si necesitas mas pruebas de lo romántica que es su alma, el hombre típico de este signo te ayudará a formar tu ajuar con regalos de cumpleaños de porcelana y platería, y para Navidad creerás que es el propio Santa Claus cuando le veas llegar cargado de paquetes misteriosos y chucherías sentimentales. Es de los que sugieren nadar a la luz de la luna, ir de picnic a un bosque fresco y tranquilo, y caminar bajo las estrellas por una senda campestre. La suya será la tarjeta más grande, mejor decorada y más elocuente que te traiga el cartero para fin de año. Cuando un hombre Tauro te corteja lo hace de verdad. Lo más probable es que te lleve a cenar a restaurantes sensacionales, con violines y luz difusa, y que jamás se olvide del día en que os conocisteis o de cualquier otro aniversario de los dos. Dime, por favor, ¿es que te hace falta mas romance? Es totalmente cierto que el Toro no es un soñador desaforado como el varón de Acuario. Tauro no te levantará en el aire como haría Leo, ni te prometerá llevarte en una nube rosada a vivir con él en un castillo, durante toda la eternidad y un día, como Aries. Lo más probable es que algún sábado por la noche llegue, a pie, con los planos de la casa que piensa construir para ti, de manera auténtica y que pagará con verdadero efectivo. Es probable que ya haya pagado la entrada inicial de la compra del terreno, o por lo menos del apartamento, antes de que os hayáis comprometido. Este hombre se lo toma en serio. Cuando el Toro te levante en brazos para pasar el umbral y te deposite firmemente en su casa, que no se parecerá ni remotamente a un castillo, puedes estar segura de que la hipoteca está en la caja de seguridad del banco. Y realmente, eso no puede ser motivo de queja.
Cuando ya te encuentres envuelta en la suave manta de seguridad del Toro, abrigada y cómoda, te preguntarás para qué diablos querías esas nubes rosadas. Estarás demasiado ocupada en disfrutar de tus muebles nuevos y de tu flamante cuenta bancaria (o de la certidumbre de tenerla muy en breve) para llorar por esos sueños nebulosos que, de todas maneras, probablemente no se habrían realizado. Todo esto, claro, si eres una mujer que aprecia los valores só1idos. El problema es que no todas las mujeres son así, pero las chicas sensatas, de 19 a 80 años, aprecian el comportamiento pacífico y campechano del Toro y su naturaleza estable y tranquila. Sus gestos sentimentales, su galanteo práctico y grato pueden ser tan satisfactorios como los poéticos suspiros de un amante más pintoresco o como los osados arrebatos de un Don Juan... y a veces mucho más. Pregúntale a cualquier mujer que haya tenido la sensatez suficiente para hacerse amar de un Toro, recio y firme. Tauro planea cuidadosamente para el mañana. Así como las ardillas guardan nueces en verano, cuando abundan, para que no les falten en el frío y estéril invierno, tampoco los placeres temporales de una tarde soleada distraerán a Tauro, que siempre estará preparado para el día en que la basura se amontone sin que él pueda apartarla. Y, cosa curiosa, los maridos que pueden permitirse el derroche económico de ir con su mujer a Florida en enero, o enviarla allí para las vacaciones de invierno, suelen haber nacido en mayo. Naturalmente, una escapada romántica con Tauro tiene sus desventajas... no todo es vino y rosas. Para empezar, tendrás que acentuar tus actitudes más femeninas. Ningún Tauro aguantará a una mujer gritona y masculina, que haga restallar el látigo como un domador. Si tienes opiniones bien definidas, no se las impongas ni te jactes de ellas en público. En privado, Tauro respeta a la mujer inteligente (aunque para él tiene más valor el simple sentido común), pero será mejor que permitas que él sea el más brillante de los dos cuando salgáis a bailar juntos... e incluso si no hacéis más que estar sentados en un restaurante. Si te jactas de mujer emancipada en presencia de sus amigos, puedes esperar una de dos reacciones.
Si es un Toro de los primitivos (y te sorprendería saber cuantos hay), lo mas probable es que te de un empujón y te zarandee, y hasta una buena palmada en el lugar adecuado cuando lleguéis a casa... o incluso antes de haber llegado. Si es del tipo mas sofisticado, simplemente se cerrará como una ostra delante de todo el mundo y se quedará como un gran trozo de piedra, sin volver a decir palabra durante el resto de la noche, hasta que tú te sientas tan incómoda que desees que la tierra te trague. También los amigos estarán incómodos. Una situación así puede llegar a estropear una velada, eso sin contar cómo te corta la inspiración. Tu primer impulso será tratar de arreglar las cosas, pero el intento de sacar a Tauro de su obstinación antes de que esta haya seguido su curso es literalmente inútil; es como empeñarse en mover el peñón de Gibraltar. Si pretendes burlarte un poco de él para conseguir que adopte de nuevo un comportamiento social normal, es posible que termines pensando que ojala le hubieras dejado con su enfado. Un gran trozo de piedra es infinitamente más aceptable que la reacción de Tauro ante quien procura engatusarlo después de haberle fastidiado. Si insistes demasiado, de esfinge silenciosa se transformará en toro bramante, capaz de decir algunas cosas en lenguaje muy prosaico y hacer que tus mejillas se te pongan más rojas aun. Eso, o si no, dirigirse con toda calma al grupo: Les ruego que me disculpen, pero tengo que llevarme a casa a la charlatana de mi mujer y enseñarle un par de cosas. Después de eso, te pasarás semanas escondiéndote de todo el mundo. Y todo porque mientras el mantenía hipnotizado al grupo con su opinión sobre la situaci6n política, a ti se te ocurrió decir algo así como: Ay, cariño, no seas ingenuo.
Si todo el mundo sabe que a Fulano cualquiera le soborna. Con sus antecedentes, nadie le votaría ni siquiera para presidente del sindicato de vendedores de helados en la playa, y menos para diputado. No sabes lo que dices. En ese momento es cuando él clava los talones, se cruza de brazos sobre el pecho musculoso y empieza a poner cara larga, o a partirte la cabeza, lo que sea. Si ves que él busca su abrigo, es mejor que tú también te pongas el tuyo. Es raro que un Tauro deje a su mujer sola y desprotegida entre los lobos, por muy intenso que sea su enfado. Se la lleva consigo, por los pelos si es necesario, de manera que no te hagas a la idea de quedarte para disfrutar de la comprensión de los demás. Cuando él se vaya, te vas tú. Y permíteme que te aconseje que te disculpes antes de llegar a casa, porque él no lo hará. Refugiarte en brazos de mamá tampoco te servirá de nada. Comparte con él la mesa y la cama, en tanto que él pague el alquiler. La interferencia de la suegra es lo último que está dispuesto a aceptar un Tauro. La primera vez que intentes el recurso de irte a casa de mamá será probablemente la última. Después de haberlo visto furioso una vez, tus padres preferirán echar llave a la puerta y dejar que resuelvas sola tus propios problemas. Conozco a un Tauro, casado con una mujer agresiva, que encontró una solución muy especial. Simplemente, se niega a aparecer con ella en público. La fuerza irresistible de ella se encontró con un objeto imposible de mover: él. La mujer puede salir y despojar de su masculinidad a todos los hombres que quiera, pero no a Tauro, el Toro. Él tiene gran afecto por su pareja, y en muchos sentidos sus relaciones son excelentes, se respetan muchísimo el uno al otro, pero si ella no aprende a ser sumisa, callarse la boca y dejar que el hombre sea él, tendrá que ir sola a fiestas, reuniones y teatros. Su marido se ha negado a acompañarla desde la vez que con otras parejas fueron a cenar a un lugar elegante.
Ella se apoderó del menú y encargó la cena para todos. Durante el primer plato hizo comentarios imprudentes sobre la corbata y el corte de pelo de su marido, y a los postres le interrumpió varias veces mientras contaba chistes. Ahora tiene que ir sola a cualquier ocasión social porque su compañero se niega a moverse de casa. En realidad, no se le puede culpar. No hace más que mantenerse fiel a su signo solar. Y aun en este caso, el matrimonio sigue siendo só1ido; pero no siempre se tiene tanta suerte, de manera que mas vale que no hostigues demasiado a tu Tauro. Es sumamente paciente, pero no se dejará poner un anillo en la nariz. Tampoco le gusta sentirse ahogado por una enredadera. El Toro es demasiado práctico, y ama demasiado su libertad, para estar bien con una mujer que se le pegue como un sello y de un grito cuando se le cae un pañuelo. No tiene inconveniente en que su compañera tenga cierto fuego y temperamento; eso le atrae y equilibra su propia madurez. Con una leve sonrisa divertida, Tauro la observará mientras ella se escabulle alegremente, de manera típicamente femenina, como se miraría a un gatito mimado que juega con un ovillo de hilo de brillantes colores. Pero el gatito sabe que cuando el Toro le da un buen tirón al hilo, hay que dejarse de juegos y bromas para escuchar la voz del amo. Nadie puede ser más bondadoso, gentil y tolerante que Tauro, cuando siente segura su masculinidad. Es capaz de hacer cualquier cosa en el mundo por la mujer que ama, salvo dejar que ella lleve los pantalones. A veces, Tauro puede conducirse como un torpe oso de circo, y su humor suele ser basto y ridículo.
Pero cuando la fiesta termine, el Toro no seguirá haciendo el papel de bufón. Le gustan los estudios de mercado, y es raro que se meta atropelladamente en un galanteo serio. Es posible que la chica a quien invita al cine todos los sábados por la noche, desde hace un año, se pregunte intrigada cuando ira la cosa en serio. Tauro necesita tiempo para que en su caldera se forme el vapor suficiente para que la máquina funcione a toda velocidad, pero una vez que ha puesto sus miras en una mujer determinada, no se desvía de su camino. Hasta es posible que olvide su sensatez y su cautela. El varón típico de Tauro es ciego para cualquier advertencia de incompatibilidad cuando ha sido alcanzado por la flecha de Cupido. Cuanto mas se empeñen sus amigos en señalarle posibles obstáculos, mas obstinado se mostrará... y ya sabemos lo que puede suponer ese mas. Por consiguiente, suele suceder que Tauro cometa el error de enredarse con signos de aire y de fuego, cuando en la mayoría de los casos se lleva mejor con los de tierra y de agua. A veces, la combinación resulta beneficiosa. Los opuestos pueden atraerse y seguir atrayéndose. Pero cuando no sucede así, Tauro necesitará mucho tiempo para superar las cicatrices de un divorcio antes de que esté dispuesto a empezar de nuevo con una mujer que armonice mejor con su propia disposición y con su manera de ver. Las perspectivas financieras con un hombre de Tauro son por lo general excelentes; un cuadro en tonos rosados. Pocos Tarros dejarán de alcanzar, si no la riqueza, la seguridad por lo menos. Hay entre ellos quienes juegan al juego del Monopolio con dinero de verdad, y ganan.
El Toro consigue con igual facilidad bienes raíces y dinero efectivo. Es probable que adore el campo, el fútbol, la pesca y el camping. En todo caso, le gustarán las flores, la jardinería y los largos paseos a pie. Prefiere leer libros sobre los valientes héroes de antaño, o las biografías de los constructores de imperios, antes que novelas rebuscadas o profundos tratados filosóficos. La mayoría de los Tarros se suscriben a varias revistas para hombres, algunas terrenales y prácticas, otras que le ofrezcan arrobadoras imágenes femeninas. Es hombre de la cabeza a los pies, de modo que jamás le ofrezcas esos pulcros sándwiches de miga con el pan descortezado. A Tauro le gusta la buena cocina casera, a la antigua, con muchas patatas y salsa, y el pastel de manzanas como el que solía hacer mamá. Cómprate un buen libro de cocina, aunque él también estará dispuesto a llevarte con frecuencia a cenar afuera. Un Tauro típico no espera que su mujer sea esclava de la cocina (aunque pueda llenarte de ollas y cazos cuando los domingos juega a cocinero y espera que tú laves los platos). Como padre, el Toro es perfecto. Aunque piense que es importante tener un varón que perpetúe el apellido, será especialmente tierno con las niñas. El padre Tauro es cariñoso, cálido y tierno. Tauro impondrá elevadas normas a sus hijos y esperará que sepan respetar la propiedad y las posesiones. Es un padre paciente, a quien no le importará que los niños sean lentos para aprender las lecciones, con tal que las aprendan bien. Está convencido de que a las mentes jóvenes hay que llevarlas lentamente hasta la madurez.
Tal vez encuentras que pone demasiado el acento en las cosas materiales, y que cubre a los niños de regalos caros, que ellos no saben valorar. Pero también los cubrirá con su tiempo y su dedicación, y cuando sea necesaria no faltará su mano firme para la disciplina. En general, vivir con papá Tauro puede ser una grata experiencia, llena de amor (salvo en las raras ocasiones en que el Toro carga ciegamente, lleno de furia, y toda la familia corre a esconderse detrás del piano). El marido típico de Tauro es generoso hasta el exceso con su mujer. No te privará de buenas ropas, perfumes y chucherías; tendrás muebles elegantes, pero prácticos, y la despensa siempre llena. Es raro que el Toro ahorre en muebles, ropa o comida, pero tampoco el dinero le hará agujeros en los bolsillos (salvo que en su carta natal haya aspectos impulsivos en lo financiero). Le gusta el lujo, pero no está menos enamorado del dinero, y tomará medidas para que el suyo sirva para comprar algo más que las palabras de un vendedor. Es un hombre que trabaja mucho y necesita mucho descanso. Ocúpate de que no le falte, porque cuando está cansado y no se siente bien, puede convertirse en un gruñón insoportable. Jamás le fastidies ni le acuses de dejadez, porque sería como agitarle una bandera roja en la cara. É1 vive la vida a su propio ritmo, que es tranquilo, y no se deja urgir ni llevar por delante. Su velocímetro no registra más que una velocidad: moderada. Los intentos de hacerle girar alegremente en el tiovivo de una continua actividad social están condenados al fracaso.
Al Toro le gusta recibir en su propia casa, pero prefiere unas pocas personas de intereses afines y no una multitud. Invita a los viejos amigos, o a los que tengan metas y ambiciones importantes, y se mostrará cordial y hospitalario. Si insistes en abarrotar su casa de tipos frívolos y sin nada en la cabeza, es posible que simplemente desaparezca de la escena... a veces para siempre. Cómprale una de esas tumbonas en la que pueda recostarse cómodamente. Nada de ruidos fuertes, radios ni televisores vociferantes, por favor. Que tu casa esté llena de música, belleza y paz. Recuerda que los pantalones le van a él mejor que a ti. Si eres su mujer, no podrás pedir hombre mejor. Nadie te tratará jamás con tan graciosa consideración, y por eso, realmente merece ser respetado. El amor de Tauro es simple, llano y sincero. Su naturaleza afectuosa y la atención con que te halagará harán que te sientas segura de ser amada, pese a todos tus defectos y fallos que otros hombres criticarían sin cesar. Tauro ofrece una lealtad y una dedicación perdurables, con un corazón fiel; y todo eso significa seguridad afectiva. Si a eso se une la seguridad financiera y el espíritu romántico, no tienes nada más que pedir. Estamos de acuerdo en que es obstinado, pero no olvides que la obstinación, según como se la mire, es paciencia, y la paciencia es una virtud rara. Compra una buena manta, peluda y esponjosa (Tauro adora las cosas que son suaves al tacto), arrópalo con ella cuando se siente en su sillón y léele la información de la Bolsa. Procura que no le falte su baño caliente con sales perfumadas y mucho jabón de su fragancia preferida. Sírvele un buen plato de copos de avena, y estarás segura de que tienes a tu lado a un hombre fuerte y dulce, que te protegerá de todas las tormentas. Satisfacción, se llama eso. ¿No te parece agradable? Afuera, la escarcha -la nieve cegadora, la furia sombría de la tormenta de viento-, adentro, el rojizo resplandor del fuego y los niños en su nido de alegría.[/spoiler]
MUJER
[spoiler]
Recuerdo una conversación que tuve una vez con una escritora cuya madre había nacido en mayo. Mientras hablábamos de los hábitos y del carácter de sus padres, la muchacha comentó que <<Mamá era una mujer alta>>. <<Pues entonces tú debes haber salido a tu padre>>, señalé, ya que la chica era de estatura mediana. Sonrió. Y jamás me olvidaré de lo que dijo. <<No me refería a la estatura física. Mamá era mas baja que yo. Yo hablaba del alma>>. La muchacha era Piscis, el signo que ve más hacia dentro.