Quisiera llorar, un poco...



Maya Nakanishi es una corredora paralímpica. Vive en un coche y, cansada de buscar patrocinadores, ha decidido buscar por su cuenta el dinero necesario para poder participar en los Juegos Paralímpicos de Londres y pagarse la estancia. Pero la idea de de posar semidesnuda para un calendario en el que muestra su pierna ortopédica y que vende a 12 euros (1.200 yenes) no ha gustado nada a determinados sectores del país nipón, ni siquiera a sus compañeros de selección, que la acusan de humillarles al desnudar su discapacidad. Maya, de 26 años, no ha dudado en responder que lo que pretende es "transmitir el mensaje de que una prótesis es algo hermoso, no motivo de vergüenza", y anima a las personas discapacitadas a mirar la vida de frente.


Maya Nakanishi tenía 21 años cuando perdió parte de su pierna derecha en un accidente de trabajo en una fábrica, del que la costó salir seis meses. Tuvo que dejar de jugar al tenis, pero aunque todos daban por acabada su carrera deportiva, empezó a entrenar como velocista con una pierna artificial. Su empeño en superarse le permitió participar en los Juegos de Pekín 2008, donde logró el cuarto puesto en la carrera de los 200 metros y el sexto en el sprint de los 100. Posee, además, el récord asiático en su especialidad. Sus defensores argumentan que no esconde la prótesis cuando compite y se preguntan si lo que realmente resulta escandaloso no será el hecho de que una deportista de élite deba autofinanciarse.