Inyectarse agua salada es la nueva moda en Japón La imagen puede resultar
'fuerte' para gente sencible ó-ó...
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El afán por deformarse la piel, imitando la forma de un pan tipo bagel, está siendo cada vez más popular en el país asiático.
moda del piercing y las expansiones, se suma otra más sorprendente:
la inyección de agua salada en la piel. Se trata del
bagelhead, que está causando furor pero también horror en Japón.
La extraña moda, que más parece un golpe en la cara o un defecto genético, está creciendo en popularidad de la mano de la tribu urbana japonesa conocida como bumpys, en ciudades como Tokio y Osaka. Allí los fanáticos se juntan en clubes para lucir sus nuevas formas en la piel, las que duran sólo un día, pues el cuerpo absorbe la solución inyectada.
El fotógrafo Ryoichi "Keroppy" Maeda sigue la escena japonesa desde 1992 y ha visto cómo estas infusiones salinas se hacen cada vez más comunes en su país. "Este tipo de suspensiones son realmente rápidas. Sin embargo, la inyección de solución salina es un proceso gradual y uno se convierte en un monstruo de forma progresiva. ¡Eso es lo divertido!", dice.
La peculiar tendencia viene desde el 2009, año en que la revista Bizarre Magazine la definió derechamente como "inflamación corporal" por jóvenes que consideran estético modelar su piel con estas protuberancias extremas. Aunque la práctica viene de algo más atrás. El primero en experimentarla fue el fotógrafo Jerome Abramovitch, el 2001, uno de los emperadores del heavy mod (modificación extrema).
El nombre bagelhead (cabeza de bagel), hace referencia a los pequeños panes de forma redonda con un agujero en el centro, cuyo diseño es el más utilizado por los cultores de esta excéntrica moda corporal.
En sitios web que promocionan esta tendencia, como
BMEzine.com, se pueden observar fotos con ejemplos de aplicaciones de todo tipo, en cabezas, brazos, senos y glúteos. El fundador de esta web, Shannon Larratt, estima que decenas de miles de personas ya lo han probado.
RIESGOS "La mayoría de la gente toma a estas inflamaciones como un juego, pero en general no es algo que me gustaría recomendar por los riesgos de infección que existen", advierte Larratt.
Los inyecciones salinizadas se realizan en los mismos estudios de piercing, mediante un simple gotero intradérmico. Las cantidades son a gusto del consumidor. Incluso se pueden pedir de colores para lucirlos durante las 24 horas que dura la protuberancia.
No son pocos los riesgos sanitarios que conlleva esta moda, como infecciones o enfisemas subcutáneos. Sin embargo, los japoneses son capaces de plantarse el bollo en partes tan sensibles como la cabeza, el cuello o los testículos.