"Espejito, espejito en la pared, ¿quién en la tierra es la más bella de todas?" fueron las palabras de una reina malvada que temía dejar de ser el centro de atención de siete enanitos millonarios, dueños de una mina de diamantes. Pero su preocupación nunca fue generada por la suerte de las feas, porque sabía que estas no podían tener suerte si nacieron feas.

Para ella era claro que los príncipes convierten en princesas, y en un futuro en reinas, a las más bonitas. El príncipe de la Cenicienta buscó a su amor con la zapatilla de cristal, porque sabía que un pie gordo no cabía allí. El príncipe de Rapunzel desde el primer día que escaló la trenza dorada propuso matrimonio, porque le encantó como ella cantaba -eso fue lo que dijo y por supuesto nadie le creyó-. Hasta un príncipe feo como Bestia, se enamoró de Bella.

Y para desgracia de la reina malvada, una mirada fue suficiente para que un príncipe quisiera besar a Blancanieves, pese a que la conoció en estado de coma después de haber sido envenenada por una manzana -no es el primer pretendiente azulado que se aprovecha de la inconsciencia de una Hembra para evitar un posible rechazo, la Bella Durmiente lo puede certificar-. Entonces, espejito, espejito en la pared, ¿por qué se ha divulgado la creencia que la fea tiene una suerte superior a la bonita? ¿Existe para la fea algo que le dé más suerte que el alcohol?


A las bonitas las vemos en las portadas de las revistas, en los personajes estelares de las películas, logrando que un policía les perdone una multa con un coqueteo, disfrutando del placer culposo de ser silbadas desde una construcción, ¿y, de todas formas, se supone que desean la suerte de la fea? ¿Algo así como el millonario que desea la suerte del pobre, porque se cansó del tratamiento especial de viajar en primera clase?

Dentro del contexto del Ritual de Apareamiento humano, debemos entender que la fea equivale a una desempleada que lleva mucho tiempo sin encontrar trabajo. Es aquella que ya perdió la cuenta de las hojas de vida que ha enviado. Es aquella cuyo teléfono móvil nunca timbra con la llamada esperada. Es aquella que no entiende como otras aún más feas sí tienen un empleo estable. Es aquella que no le importa asumir cualquier cargo con tal de volver a la rutina asalariada.

En cambio, la bonita es la que ya tenía trabajo desde antes de salir de la universidad. Es la bella que no cesa de recibir invitaciones de distintas empresas para que trabaje para estas. Es la hermosa que los clientes adoran y piden ser atendidos siempre por ella. Es la guapa que otras le ponen zancadilla porque se sienten eclipsadas por su belleza. Es la divina que no deja un trabajo hasta tener contrato firmado en uno nuevo, donde recibiría mejor salario, auto con chofer y oficina con vista a la ciudad.

La actitud de diva de una bonita radica en que, a diferencia de la fea, tiene opciones. Una hambrienta recibe el primer pan duro que le ofrecen. Pero quien se ha acostumbrado a un buen menú con entrada, plato fuerte, postre y café, no cambia de restaurante preferido sin que haya algo extra que la tiente.

En ese orden de ideas, la verdadera suerte de la fea consiste en no esperar que la llamen, sino en llamar. Además, radica en pedir el empleo de la bonita a cambio de un salario sin ambiciones y con la abierta disposición de hacer todo lo que su rival se haya negado en la cama y/o cocina. Incluso, de ser necesario, en asegurar que con una que otra 'ayudita' cosmética podría transformarse en bonita, como ocurrió con el Patito Feo o con Betty la Fea. Y convencer a un Macho humano de lo anterior no es tener suerte, sino estupendas habilidades de negociación.

Mucho se ha especulado del origen de la frase 'la suerte de la fea, la bonita la desea', y el por qué transmite un mensaje equivocado. Las bonitas acusan a las feas de regar el rumor por envidiosas; las feas acusan a las bonitas de inventarse ese chisme por brutas. Pero la verdad, es que nació en la sabiduría popular como un sistema diseñado para equilibrar el ego femenino en el apareamiento, de tal forma que las feas no se sientan tan mal y las bonitas no se sientan tan bien.

Hasta una próxima verdad humanamente irracional, Amigos de lo Salvaje.


Lucano Divina
Comandante en Jefe de Amigos de lo Salvaje-EA
Selvas de Sur América, septiembre 29 de 2011


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