Con el tema del cáncer, los triglicéridos, productos transgénicos y demás, está muy de moda sojuzgar el aceite que usamos a diario. Entre las muchas alternativas que podemos tener, acá una que en lo personal disfruto (cuando me doy el tiempo de hacerla ), hablo del Ghee o aceite de mantequilla:

El ghee, está presente en nuestra vida diaria más de lo que creemos, es un producto con contenido de grasa láctea superior al 99%. Se utiliza en la industria a gran escala y destaca como ingrediente en la elaboración de leche condensada, chocolates, helados de crema, galletas, productos de panadería y alimentos infantiles.

Es muy cómodo para cocinar (debido a las temperaturas que soporta y su comportamiento en el sartén), ideal para postres por su aroma que sugiere lo dulce, presenta un sabor neutro, no contiene lactosa, es rico en vitaminas liposolubles (A, D y K2), tiene ácido linolénico conjugado que ayuda a perder peso, reduce el crecimiento de ciertos canceres y enfermedades del corazón así como colabora con la prevención de caries.

Su preparación es fácil y una vez bien almacenado (o sea, en un frasco de vidrio estéril y seco con tapa hermética) no requiere de refrigeración y dura hasta un año.

INGREDIENTES

1/2 kg de mantequilla de muy alta calidad, proveniente de vacas alimentadas solo de hierba y paja (o sea, mantequilla orgánica hecha al estilo antiguo y de granja de pequeña producción), no importa si es pasteurizada.

PREPARACIÓN

En una olla (mejor si es de acero inoxidable) poner la mantequilla cortada en cubitos o por cucharadas, llevarla a fuego lento e ir removiendo (idealmente con una cuchara de madera) hasta que se derrita del todo.

Esperar un poco y remover lentamente, saldrá una espuma, hay que quiarla de la superficie hasta donde se pueda (ojo, sólo de la superficie).

Seguir hirviendo y removiendo durante unos 5 o 10 minutos más (siempre a fuego lento),  el color sea completamente translúcido nos damos cuenta que está lista, es entonces que hacemos la "prueba del algodón" (así garantizamos la pureza de nuestro aceite). Se retira la olla del fuego y con un pedacito de algodón o un cotonett (bastón de oídos), se moja un poquito el algodón en el ghee y se comprueba directamente en el fuego si chisporrotea. Si ya no chisporrotea es que ya no hay agua y está hecho.

Uno verá que al fondo de la olla quedará algo como una grasa sólida, hay que evitar que eso se mezcle con todo lo demás, así que cuidado al manipular, trasvasar y colar.

Por último, con un embudo y algo de tela de hacer quesos o un filtro de café, colamos nuestro Ghee y lo envasamos en el frasco de vidrio, se deja enfriar sin tapar, una vez frío lo tapamos, con  un marcador ponemos la fecha de elaboración y listo, buen ghee que durará un año.

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El ghee puede remplazar al aceite, soporta altas temperaturas sin romperse, es de fácil digestión, coadyuva lubricando las articulaciones, favorece al sistema nervioso y da buen aroma a las comidas. Por último, si uno está en la "onda esotérica", sabe que es un alimento sanador que equilibra las tres doshas (biotipos energéticos según el Ayurveda).