b/[·a] Death Note publicado por u/Teru Mikami Septiembre 09, 2011, 12:29:17 AM
Con mucho orgullo, les presento el fic colectivo que marcó la etapa más glorificante del Death Note Clan en Foros DZ. Fui su Presidente por un tiempo, y tengo que reconocer que esa pequeña gran experiencia me llevó a fundar y creen en mantener un sitio web como éste, que no es mas que una emulsión de la organización de los citados Foros DZ.

Este es uno de los borradores, el original presentado formará parte ya del archivo de internet en algun byte solitario del ciberespacio, pero la semilla, el germen de la inquietud radica aquí.

Mis mas sinceros agradecimientos a Infinitex, L (Spu) y Marriot-chan con quienes presentamos este fic, ganando posteriormente el galardón más importante de la competencia del Foro de los Clubs, en 2007. ¿No pierde su vigencia, eh? Disfrútenlo, por favor n__n.

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CAPITULO 1.
Yo ya te conocía.


Ciertamente desde hace tanto que te había ablegado en mi mente, aun cuando tú no lo supieras, para mi ese fue el principio de mi obsesión hacia ti, lo sé, es difícil de plantear pero fue tres años atrás cuando cundo por azares del destino llegue a Japón.

Tres años antes del surgimiento del "caso Kira"; se llevaba acabo una reunión para discutir acerca  de un  caso de tráfico de drogas en la jefatura de policías además de una posible agrupación encargada de su distribución. Debido a la importancia del asunto, se tenía en claro obtener la ayuda de L para su solución. Los contactos estaban realizados por lo cual sólo quedaba esperar una respuesta.

La situación marcho mejor de lo esperado, L aceptó el caso y se dirigía de inmediato para tratar el asunto y darle un seguimiento de cerca. Realmente el asunto no era de gran relevancia, pero algo le decía que tenía que ir; sin más, empacó y pidió a Watari que como de costumbre se hiciera cargo de llevar las relaciones con la policía.

Al llegar a Japón, lo primero que hizo L fue llenar todo a su alrededor de dulces. Todavía no sabía que el caso para ese entonces ya había sido resuelto, por lo que al llegar a Watari al cuarto del hotel donde él estaba y le informara del la situación, lo tomó por sorpresa

L: ¿qué paso Watari? Es muy pronto para que regresaras.- preguntó quedamente en lo que comenzaba a formar una pequeña torre de bombones

Watari: Lo siento señor, pero al parecer ya no es necesaria nuestra cooperación en el caso.

-¿Qué dices?- L lo miro con gesto sorprendido

-al parecer la policía japonesa pudo resolver el caso por ellos mismos- respondió el anciano

-me parece bien, ¿pero como lo lograron tan rápido?- preguntó mientras colocaba otro bombón a la torre

-ahora que lo menciona al parecer recibieron la ayuda del hijo de uno se los superiores.

-...- La mirada del chico estaba perdida en la torre que tenía delante de él

-Y bien, si no hay nada por hacer, ¿que sugiere? -

-Si no hay otra cosa que hacer, permaneceremos en Japón solo unos días más.-

-me parece bien, con su permiso- dijo quedamente Watari mientras hacía una leve reverencia y se retiraba

-solo unos días más.-

El chico de cabellos negros miró con aprensión su torre, tomó con cuidado un bombón y se lo llevo a la boca, degustando su sabor. En cierta manera, seguía sin creer que un alguien tuviera la capacidad de resolver ese caso tan rápido, y no pensaba irse de Japón sin conocerlo... aunque quizás para realizar esa labor tenía que  salir por su propia cuenta a buscar respuestas.

CAPITULO 2.
Conocerte.

La mañana siguiente; movido por una inusual curiosidad, se encaminó a la jefatura para encontrar información. Sabía exactamente a dónde ir para ver los documentos acerca del caso, así que con un paso algo torpe se dirigió al archivero del lugar; muchas personas lo miraban con interés, su aspecto era algo inusual que causaba desde risa hasta una que otra mueca de desaprobación pero no le tomó mucha importancia.

L entró a la oficina que daba a los archivos generales. Gracias a un carné especial que la policía le había dado tiempo atrás, podía hurgar en cualquier documento con total libertad cuando se le diera la gana así que no tendría ninguna complicación.

El guardia que custodiaba la oficina  lo miro extrañado, viéndolo como un bicho raro.

-¿qué se le ofrece?- preguntó con un tono nada amigable.

L sonrió y mostró su carné

-solo bien a revisar algo- dijo mientras ponía la tarjetita a 2 centímetros de la cara del tipo

El oficial reconoció la identificación de inmediato. Sabía que sólo se le daba a aquellos que eran de la elite policial y aunque ese chico tenía toda la pinta de haberse fugado de un manicomio, era alguien importante.

-ah..., adelante- habló con un tono mucho más cortés. Tomó sus llaves y abrió una puerta que estaba detrás de él.

-Gracias por su ayuda- dijo L mientras entraba al lugar

El cuarto era algo grande y estaba lleno de gabinetes ordenados estrictamente, cualquier mortal que no supiera cómo se encontraban acomodados los documentos podía volverse loco de la desesperación, sin embargo,  L  encontró la carpeta del caso en menos de 2 minutos. Había fotografías y  toda la información de la captura de la sociedad encargada de la distribución de las drogas y de donde provenían, pero nada de quien resolvió el caso.

Sin mas opción y apunto de retirase, escuchó unas voces enfrascadas en una conversación. Se asomó con cuidado y vio a dos oficiales hablando animadamente.


-¡que bien que Light-kun nos pudo ayudar en el caso del narcotráfico! ¡Así ya no se necesito la ayuda de L; Yagami-sama debe de estar muy orgulloso de tener un hijo así!-

-¡por supuesto cualquiera estaría orgulloso de tenerlo como hijo!- contestó el otro sonriendo.

El mismo gesto fue  imitado por los labios de L, quien repitió en sus adentros el nombre que acababa de escuchar.

Una vez obtenido el dato, pudo seguirle la pista y averiguar todo sobre él. Lo que encontró concordaba con lo que había oído, un alumno modelo con excelentes calificaciones, hijo memorable, con buenas relaciones de todo tipo y cualquier otro detalle que lo calificaban como persona ejemplar.

-no existe la perfección- susurraba antes de tomar un trago a su taza de té dulce.

Simplemente era demasiado perfecto para ser verdad, tenía que haber algo más...

Capitulo 3:
HECHOS.


El cansancio venció a L después de un día de investigación exhaustiva. A pesar de seguir comiendo (y tomando) azúcar a grandes cantidades, se sentía cansado.

Yagami Light   había despertado muchas dudas en él..., sabía que a pesar de tener la facha de niño perfecto había algo que sencillamente no cuadraba. Tal vez un arranque infantil de curiosidad sin importancia era lo que lo embargaba en ese momento pero no podía dejarlo a un lado; sabía que era algo sin importancia así que le daría fin lo antes posible. Mañana iría a verlo al colegio

Para el término de las clases, L ya estaba esperando a encontrar al responsable de su inquietud. No fue difícil localizar a Light ya que era de los chicos más populares de la escuela y todo mundo lo conocía, cuando lo encontró, estaba despidiéndose de una chica

-Nos vemos mañana, Chitose-

-Hasta luego, Light-kun!-

Cuando el castaño volteó, se topo de frente con L

-hola- saludó

-Hola- respondió, mirando de arriba abajo al otro- disculpa ¿te conozco?

-lo dudo, soy un reportero independiste, me llamo Morino Ryoga-

-mucho gusto, soy Yagami Light-

-Ya lo sabía- contestó, tratando de no sonar descortés-veras tengo un reportaje por realizar en el cual me gustaría abordar el como se descubrió a la banda de narcotraficantes, por lo que eh investigado tu ayudaste en la investigación...-

-Así fue, pero no es para tanto- dijo el castaño, tratando de restarle importancia- fue muy fácil, solo tenían que seguir las actividades ilícitas recientes, y hacer una comparación con el caso y eso era todo, yo solo se los hice ver.

-ah...ya veo, al parecer no es la primera vez que ayudas en un caso de este tipo-

-no es el primer caso que resuelvo, pero si el primero por el que me entrevistan-

-¿en serio?- preguntó L con un falso tono de amistad

Light sonrió

-bueno, no importa si me entrevistan o no, lo importante es que se logren capturar a los responsables.

-cierto, bien gracias por tu ayuda-

-no hay de que-

El ojinegro le dio la espalda y se alejo del lugar

-adiós.-

-adiós.- se despidió Light

L llegó a su apartamento y le pidió a Watari que arreglara las maletas y los boletos de avión, ya que partirían el mismo día. El otro obedeció inmediatamente no sin antes preguntarle con su característico tono de voz

-¿Encontró lo que buscaba?-

-Si y aún más de lo que esperaba-

CAPITULO 4.
Después de los hechos.


Algunos años después de la pérdida de aquél memorable personaje que sin lugar a dudas estaba detrás de Light, éste mismo caminaba por las calles de Japón sin rumbo fijo, buscaba despejar su mente de todos los casos que se llevaban en el departamento. Se sentía asfixiado y agobiado como si algo le  faltara; por un momento pensó que tal vez sería la falta de diversión, pero tomando en cuenta que no era lo suyo simplemente cerró los ojos por breves instantes para luego levantar cabeza. De la nada, un recuerdo se hizo presente en su mente, dejando absolutamente de lado todo lo demás que en ese momento ocupaba su cabeza.

El clima era fresco y poco solitario, en una escuela, las clases ya habían terminado y los estudiantes iban de un lado, sin embargo, no podía reconocer sus rostros. Él se estaba despidiendo de una chica y cuando volteó, una persona de aspecto deprimente se encontraba a pocos pasos de distancia, cosa que lo perturbó demasiado. Por un  momento se quedo estático  pero cuando el extraño le saludó, Light tomó formalidad respondiendo de la manera más directa que pudo, no quería sentirse comprometido con un extraño, sobre todo conociendo el tipo de mundo en el que vivía''...

Los vagos recuerdos que se presentaban como la imagen más perdida entre las piezas de aquél juego ya antes acabado le dejaron boquiabierto por unos segundos, no sabía como reaccionar ante aquello, ya que ese personaje extraño no era otro más que L, ¿Cómo pudo haber sido de ése modo? ¿Por qué se le había olvidado? Tal vez  la presión de ser el mejor en todo el distrito hizo que recuerdos vagos como ese quedaran olvidados en alguna parte de su memoria

- No puede ser... ¿Ése bastardo sabía de mi desde ya antes del caso Kira? ¿Cómo...? No, no puede ser posible... ¿Es por eso que sospecho de los familiares desde un principio? Al saber quién era mi padre y yo le había ayudado en varios casos... Un momento, ¿Pero en que estoy pensando?...

Su mente estaba más confusa que antes...trataba de encontrar alguna relación de ese tiempo con el más reciente. Sus sospechas se incrementaron y sus dudas jamás encontrarían una respuesta ya que la única persona que guardaba las respuestas había sido velada hace tiempo. El odio invadió cada centímetro de su cuerpo. Apretó los puños con fuerza y con el rostro distorsionado por la ira, cayó al piso de rodillas. Sus manos sujetaron su cabello castaño con fuerza tirando de éste dolorosamente invadido  completamente por la desesperación. A  sus espaldas un conocido lo miraba estupefacto, se dirigió a él con rapidez, tomándolo del hombro con una mano y mirándole muy preocupado.

- ¡Light-kun! ¿Qué te sucede? ¿Te encuentras bien?
- Matsuda...-
- Hay que llevarte a un hospital, te ves muy mal.- insistió el otro. Light trató de fingir que no había problema alguno.
- No, no es nada, sólo fue un repentino dolor de cabeza, tal vez deba descansar un poco, eso es todo.- sonrió

Esa ligera sonrisa bastó para tranquilizar y convencer a su compañero laboral. Ambos se levantaron y tomaron caminos distintos.  Matsuda se despidió de Light aún un poco preocupado pero sin despejar la sonrisa de su rostro, mientras Light aún estaba furioso por su impotencia... ¿Cuál es la verdad? Se preguntaba para sí, no le bastaban sus hipótesis, en ése momento no le bastaba nada...

CAPITULO 5.
Deseo.


Light vagó un poco por las calles antes de llegar a su departamento. Lugar que había escogido para estar solo, alejado de todo contacto para mantenerse  tranquilo, sobre todo cuando era necesario tomar las decisiones que tenía como Dios para mejorar el nuevo mundo en el que gobernaba, para que el trono este limpio y su gente viva en plenitud.

Se  quitó la ropa y se dirigió al baño tranquilamente para tomar una ducha y tranquilizarse un poco. Los pensamientos aún le atormentaban y en cierta forma le emocionaban. Era como tener el reto en carne viva aunque le frustraba el hecho de no poder actuar..., las gotas caían con fuerza como sus pensamientos arremolinándose en su cabeza.

Había pasado demasiadas emociones en menos de unas horas y sentía que en cualquier momento iba a estallar por dentro. Cerró las llaves del agua y  tomó una toalla para apenas cubrirse la cintura. Light salió del baño completamente empapado sin dejar de pensar en el reto que hacía hervir sus venas.

¿Por qué de este modo? -susurró para sí- Ahora puedo darme cuenta mejor que nunca que  el placer de ser el mejor, de saborear cada victoria haciéndola cada vez más grande, de ser el eje central en el que gira el mundo... un verdadero Dios...  me ha sido arrebatado por un maldito demonio que desde la oscuridad más profana has venido a molestarme... te reto... ¡te reto a que vengas! Te enseñaré que el mejor soy yo, por que yo... ¡soy el Dios del nuevo mundo!

Su rostro se deformó con una sonrisa diabólica. No había mejor manjar para él que ser el mejor, él que hace lo correcto, el nuevo y verdadero Dios de su mundo, todo aquello le hacía respirar aliento de victoria pero aún así no era suficiente. Su frustración era tal que decaía su orgullo y su estómago se retorcía de ira al recordar que a pesar de su poder, no podía enfrentar  nunca a ese demonio. Su inquietud no le permitía conciliar el sueño. Tenía la vista nublada y daba vueltas a la habitación sin lograr absolutamente  nada más que ahogarse y hundirse más en la desesperación, en el odio y el rencor.

La inquietud y la sed de ver a su eterno rival le consumía, la razón era bloqueada por la confusión y un extraño deseo que le hizo detenerse lo abordó de repente. Miró al vacío con los ojos perfectamente abiertos,  llenos de un brillo que resaltaba lo que desde lo más profundo de su corazón pedía, como si hiera un pacto con el mismo diablo...


- No me importa cómo... ¡¡pero tienes que regresar!! ¡Te derrotaré y te humillaré como un perro callejero, escupiré en tu rostro cuando te arrodilles ante mi por tu ridícula derrota y  yo como tu Dios te expulsaré de mi mundo y con mis propias manos te mandaré a las tinieblas donde te retorcerás como un podrido y miserable gusano!


Su rostro se encontraba completamente desfigurado mientras una soltaba  la carcajada más macabra y mortífera que jamás había tenido, ¿como decir que la locura lo dominaba cuando este trastorno le sucedía sólo por una primera vez?  Light no se detenía a pensar en nada más que en la humillación de su oponente, nublando su cabeza por completo. Después de saciar cada centímetro de aquella gran conmoción, se sentó bruscamente en la orilla de su cama, con el gesto de maldad aún dibujado en su cara. Cerró los ojos para luego tumbarse por completo, con el cuerpo más relajado que nunca; como si de momento su existencia hubiera desaparecido por haber cumplido ya su última voluntad...

Minutos después un leve suspiro invadió el silencio del lugar acompañado de una dulce sonrisa, de aquellas idénticas que suceden cuando un pequeño recibe una paleta de caramelo después de su amarga medicina, esa tranquilidad que había abordado fue interrumpida brutalmente con el sonido del celular sonando con insistencia. Light al instante abrió los ojos rápidamente borrando permanentemente esa sonrisa; se puso de pie y fue hasta la pequeña mesa donde se encontraba el móvil, tomándolo con enfado de su lugar. El número que se marcaba en la pantalla era desconocido para él y nadie    que fuera un desconocido podía obtener su número. Con desconfianza y una falsa tranquilidad  contestó amablemente. Lo único que se escuchaba era el ruido de una respiración pausada que de cierta manera, lo pusieron nervioso. Segundos después hubo respuesta a su inquietud... sus ojos se dilataron y  un nudo se formó en su garganta, dificultándole  la respiración. Sus piernas no se movieron...ninguna parte de su cuerpo lo hizo, solamente un escalofrío lo recorrió por completo cuando pudo reconocer esa voz

-¿Qué sucede Light-kun? ¿Hice la llamada en mal momento?... -



Esas fueron las palabras más temibles que jamás había escuchado en toda su vida.  Pegó un  brinco arrojando súbitamente el móvil al piso. Su rostro atemorizado dudaba de aquello, no  era posible algo semejante. Temblaba como niño sin decir palabra alguna. La habitación se llenó de nuevo con la misma voz desde el aparato que se encontraba algo alejado en el piso.


- Has de estar muy sorprendido, pero aún no he muerto, tal vez hayas pensado eso por ver morir a Watari... todo estaba planeado, fue una simulación y ahora que he retornado de entre los muertos –hablo, haciendo énfasis en tono sarcástico-  podré pisotearte como has deseado lo mismo sobre mi desde hace mucho.

- Esto no puede ser verdad... – susurra para sí – no... ¡es sólo un sueño!

Capitulo 6.
Concedido.

- Light-kun, no se sorprenda, todo fue una simulación, esto fue para...-

-¡Basta! ¡No digas más! – Una sonrisa malévola fue dibujada en su rostro mientras una alucinación le mostraba al ser con el que estaba hablando por teléfono- Me alegra tanto que estés de vida, después de aquél suceso pensé que habías muerto- hablo con un ligerísimo toque de ironía- sobre todo por que yo mismo miré con detenimiento tu funeral.

-Light-kun... Pensé que ya sabías que aún seguía con vida. – respondía L con sorna. Light frunció el ceño y mirando celosamente a su alrededor

- No. Hiciste un buen trabajo, me engañaste perfectamente- hizo una ligera pausa-  ¿aún...?

No fue necesario terminar la frase ya que L interrumpió bruscamente

-¿Qué si aún sospecho de que seas Kira? No. Sé que eres Kira.

- ¿Después de todo este tiempo aún crees eso? No digas tonterías, sabes muy bien de que...

- Si, pero tomas ventaja de ello, hacer las investigaciones en mi nombre... es algo tan simple, ¿no?

- Eso lo hice por que no quería que los demás sepan que has muerto, que pierdan las esperanzas... - se defendió Light con un tono lastimero, como si se hubiera ofendido de verdad ante tal cosa

– Light, esta vez todo el mundo sabrá que eres Kira. – Fue lo último que dijo el otro antes de cortar la llamada rápidamente.


Light supo el qué de su reacción, pero a pesar de ello, sólo se reía,  disfrutando de aquella emoción  que no había probado desde hace ya muchos años.  Ahora todo su deseo sería saciado como él quería, a pesar de que lo había tomado por una sorpresa, todo fue olvidado por la sed de victoria.

Pronto sabré la verdad... y con mis propias manos... te mataré.

Los sentimientos más trastornados que podía tener en ése instante se amontonaron en su cabeza. Existían mil y un maneras para exterminar a esa basura, pero sólo había una que satisfacía a sus deseos... el Death Note. Rápidamente se dirigió al buró más cercano, donde estaba (escondido muy bien dentro de un simple llavero) un pedazo de aquél cuaderno que contenía el poder de los shinigamis. Lo miró sin dejar de sonreír, de sentir esa adrenalina que corría por sus venas y lo llenaba de vida. Sus ojos brillaban extremadamente y su corazón permitía hacerle hervir la sangre.

Al fin... es el momento en el que te derrotaré, ahora que no está esa estúpida shinigami que se mete en lo que no le importa, haré lo que he deseado desde un principio.

¿Cuánto había reído ése día de placer? ¿Era lo que realmente deseaba? ¿La muerte o la vida era lo que más disfrutaba? Sin importarle nada pasó la noche en vela disfrutando de aquél acontecimiento.

Al siguiente día llegó al trabajo más reluciente que nunca antes. Todos estaban sorprendidos  ya que no lo habían visto con tanta energía desde ya hacía mucho tiempo; lo único que atinaron a hacer fue mirarse mutuamente completamente confundidos. Sin más,  uno de sus más jóvenes compañeros laborales se acercó y le miró fijo lleno de incertidumbre.

- Light-kun, uh... ¿Qué ha sucedido que te encuentras muy feliz? –Preguntó – ¿Acaso sucedió algo bueno con...?
- Lo he visto. – Sin dejar de deslumbrar.
- ¿A quién?
- Que irónico, ahora que lo pienso... Fue como tomar algún objeto que concede deseos, hum... esto se pone cada vez más emocionante...- respondió, como si el otro supiera de lo que hablaba.

Su compañero estupefacto hablaba sin ser escuchado mientras era presente de la felicidad de Light, que sólo pensaba en cómo ganar y en su triunfo. Su deseo estaba más que realizado al tener a aquél ser con vida...

Capitulo 7.
Minutos.


Al final del trabajo, mientras  Light se dirigía a un  lugar desolado lleno de árboles escucha a lejos las voces de los niños jugar y correr. Se  escondió sigilosamente detrás de un árbol mientras sacaba su móvil con la mirada puesta en dirección de las voces que pasaban por el lugar. Marcó al número desconocido por el que recibió la llamada de su rival; estaba emocionado, pero antes de que lograran contestar, colgó rápidamente; estupefacto.

¿Pero que estoy haciendo? Es como si... necesitara escucharlo... ¡No! Tengo que saber su ubicación, necesito hacer la llamada para ir a bus...

Sus manos temblaron y el celular se resbalo de entre sus dedos cayendo al piso con un ruido seco. ¿Acaso...... tenía necesidad de ver a L?

Esto es algo tan estúpido, ¿cómo se me pudo ocurrir eso? ¿Yo necesitar de un ridículo tirano? ¡Ja! Pareciera que por un momento perdí la cordura, ya debería saber donde se encuentra, no necesito hacer una ridícula llamada.

Sin importarle otra cosa, dio media vuelta dejando el móvil completamente abandonado.

En otro lado, un chico de cabello azabache miraba con interés su celular.

Mhn... ése Kira, llamando sin dejar mensaje, se dio cuenta de que no necesita el móvil para saber dónde me encuentro, el tiempo no ha dejado pasar tus habilidades... si no fueras Kira te nombraría mi sucesor.

Entre la penumbra de la habitación apareció la sombra de una figura conocida; en el timbre de su voz se podía reconocer que el tiempo había pasado por sus hombros.

–Señor L, aquí le traigo su té- habló, dejando al lado del chico una charola de plata llena de dulcecillos, una taza y una jarra de té cuyo diseño era exquisitamente delicado. Con una elegante presentación, llenó la taza con la infusión que L  inmediatamente saturó de cubos de azúcar

- Señor debería de tomar una siesta, es muy importante para...
- No me lo tienes que decir Watari.
- Sólo se lo recordaba.
- Ya te puedes retirar...
- Hasta mañana señor.

El anciano se retiró despreocupado. Conocía perfectamente al joven que  toda su vida había cuidado como si fuera su propio hijo.

-Light-kun... pronto nos veremos de nuevo... y esta vez... tu morirás.- Fue lo único en lo que pensó L antes de tomar un sorbo a su bebida.

Sin llegar a casa, Light buscaba el punto de encuentro que le llevaban sus sospechas. La zona era la adecuada; una gran urbe llena de edificios esculturales y sabía muy bien donde buscar. Un edificio de unos 50 pisos se abría majestuosamente por su arquitectura entre todos los demás, convirtiéndose así en la edificación más importante de todas.
Con una sonrisa sarcástica se dirigía a entrar con paso seguro; sin embargo, un guardia (que fácilmente medía el doble de su estatura) le cortó bruscamente el paso

- No puede acceder a esa área- dijo secamente. Light lo miro y sonrió con sorna

- Claro que puedo hacerlo. –  contestó, sacando una pequeña tarjeta  que llevaba. Al igual que el carné de L, Light podía entrar a cualquier lugar cuando quisiera y a donde quisiera; era una excelente ventaja ser una persona importante.  El oficial la tomó con cuidado y le mira de reojo.

- Lo siento pero no puedo permitirle la entrada, es área restringida.-

- ¿Ni aun siendo tu superior?

- Tengo órdenes severas de no dejar entrar a nadie- contestó de una forma cortante, mirándolo amenazadoramente

- Mhn... gracias.- respondió el castaño, maldiciendo a sus adentros y alejándose del lugar con un mal gesto. De nuevo, metros más adelante, alguien le cortó el paso. Una silueta apareció repentinamente de la nada; llevaba una gabardina con un sombrero negro que hacían juego con las gafas oscuras y el pañuelo en el rostro.

– L te espera en el edifico de al frente por el elevador central, preséntate dentro de 10 minutos o no lo encontrarás. –fue lo único que dijo antes de desaparecer entre la multitud de personas que caminaban de un lado a otro por las calles. Light le intentó seguir pero había demasiada gente, lo único que consiguió fue que lo empujaran de un lado a otro como un muñeco de trapo. Completamente enojado, logró salir de ahí dando codazos a cualquiera que se le pusiera enfrente; observó su reloj y se dirigió inmediatamente al edificio señalado.

Al llegar,  reviso todo el lugar con precaución, observando como L se encontraba dentro de uno de los elevadores; con un impulsó sobrehumano, Light corrió instantáneamente al ver al otro chico, alcanzando a entrar al elevador apenas por suerte. L que tenía la mirada en los suelos levantó el rostro lentamente, observando a Light directamente a los ojos mientras sonreía tranquilamente. Aquella imagen sorprendió al castaño, dejándolo completamente mudo; de nuevo L rompió aquella impresión de Light descaradamente.

- ¿Desde cuando te sorprende tanto el verme? – preguntó irónicamente

Light frunció el ceño y lo miro desafiante

- No podía creer que seguías con vida pero ahora que te veo...-

- Light, deja de hacerte el tonto- interrumpió bruscamente el otro-

- ¿Qué es lo que tramabas con tu supuesta muerte?– preguntó enojado sin obtener respuesta alguna, más que una mirada vacía por parte del otro antes de que dirigiera los ojos al indicador del elevador.

- Lo sabrás dentro de 15 minutos...
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u/Teru Mikami Septiembre 09, 2011, 12:37:27 AM
Capítulo 8
Aroma.


La oscuridad de la noche modificaba los tonos violetas que el tragaluz del elevador dejaba filtrar al interior, a medida que éste subía. El elevador seguía su ascendente curso rumbo al vigésimo tercer piso de ese condominio recién inaugurado.
Se sentía demasiado incómodo en ese espacio de dos metros por dos. L, al darse cuenta del titilar de las pupilas de Light, se recostó contra la pared derecha del elevador.
- Casi se diría que te estas poniendo en esa posición para que te examine... ¿que planeas con todo esto? – dice mientras consulta su reloj para ver que hora era, ya que con todo ese ajetreo no había tenido tiempo de ubicarse.
Las 19:43... me cuesta creer que él este aquí, frente a mi. Definitivamente ni la mejor de las fantasías que he tenido hasta ahora supera este momento. Pero... ¿será realmente él? No, es él! Pero hay algo que...
- ¿Aún no te convence el tenerme aquí frente a ti? – L se incorpora y se lleva el dedo a la boca mientras se acerca a Light. – ¿Exactamente que te hace dudar?
Light se ve reflejado en esos grandes ojos abiertos... nunca antes se había sentido tan observado como hasta ahora, tan... contemplado. Una fría sensación recorrió su espalda. De repente el deseo irrefrenable de humillarlo se trastoca en una profunda curiosidad de saber cómo L había burlado su control. Las pulsaciones de su mano se detuvieron repentinamente. Quería saber y luego actuar.

Light sonrió. – No sabes lo mucho que desee tenerte de nuevo frente a mí. Como te darás cuenta, las cosas no han sido para nada iguales desde que 'desapareciste', aunque sí más fáciles.
Durante ese instante, Light solo había estado rumiando una mórbida idea en su mente. Esta noche sería la última de ese bastardo respirando! Necesito una excusa para...

- ¿Lo dices porque el ser llamado 'L' refuerza tu ego y te permite desenvolverte como se te da la gana? – se da la vuelta - No te engañes Light. Si bien eres mi sucesor forzoso, eso no significa que seas mejor que yo – dice mientras le mira por debajo de los hombros – y mucho menos pretendas engañarme – mira de reojo el reloj de Light – ... durante todo este tiempo he estado pensando sólo en una cosa...

- ¡Pero eso qué...! El elevador se detiene en seco, se sacude, y tan de repente, que Light no puede evitar el tropezar. Empuja a un L que por darse vuelta, resbala también, y ambos caen al piso.
La luz natural del tragaluz casi ya no se percibía y era extraño que las luces automáticas no se encendieran. Light, levantando la cabeza del vientre descubierto de L, percibe un aroma familiar. Los días en que vivieron esposados le llegan con una extraña melancolía e instintivamente se inclina más hacia L para... respirar. Siente una pesadez en la cabeza.
  – Conociéndote, todo esto es un ardid tuyo...  – dice mientras se incorpora –  ¡Basta ya L! ¡Esto es indignante! ¡Oye!

No recibe respuesta alguna. Light mira su reloj de nuevo. Marcaba las 19:48.
- L?. - Se asusta. Pero que demonios... Se inclina y con algo de repulsión le toma la cabeza. Simplemente no lo podía creer. Examina la cabeza de L rápidamente con la vista.
De la oreja izquierda de L, un pequeño chorro de sangre se había esparcido hacia la nuca, desapareciendo entre sus cabellos. ¿Se habrá golpeado la cabeza tan fuerte al caer? No sentí nada, ni siquiera pronuncio el más leve gemido...Enseguida le toma el pulso. ¡No puede ser! ... ¡Esto tiene que ser un truco!
Para nada convencido, acerca su rostro bajo la nariz de L... no respira. Estará muerto? Seguro que es un truco. Apuesto a que este malnacido...hum veamos.
Quizás haya sido un deseo altamente reprimido, o como trató de engañarse a si mismo Light, una forma de determinar realmente si L estaba sobreactuando o no. El hecho es que el castaño se inclina otra vez, recoge el cuerpo yaciente de la encarnación de sus pesadillas y suavemente lo rodea con sus brazos y lo estruja contra sí mismo. De repente lo ojos de Light parecían estar borrosos y atravesar una confusión nada común. Mira atentamente esa cara ojerosa que parecía estar más pálida que de costumbre. Le acaricia la frente y con sus dedos le abre los párpados. Así vuelves a mirarme otra vez. Traicionando su determinación, acerca su cara su mejilla y le da un suave beso. Un beso extremadamente sencillo y tierno.

Se aleja un poco y murmura algo casi ininteligible. Algo demasiado privado. Una confesión.

Light ya estaba seguro que después de eso, L no podría seguir fingiendo, si es que lo estaba haciendo.

Las pupilas de L no mostraban cambio alguno.

Una mueca de satisfacción se dibuja en su rostro. Demasiado fácil! A pesar de que estaba consciente de que el estado físico de L era superior al de la media de la gente, de alguna forma estaba seguro de que era de una contextura física muy delicada. Miró alrededor desde abajo. Sacó un espejo enseguida se puso a analizar el espectro de la tenue luz en busca de señales de cámaras ocultas, aunque estaba casi seguro de que  L no había tenido tiempo de tomar esa previsión.

- Siempre lo dije. Al parecer hay otro Dios aparte de mí que está de mi lado.

Capitulo 9
Remanentes.


Rápidamente, extrajo de su bolsillo un guante de nylon que doblado era apenas perceptible. Se lo puso y empezó a examinar el cuerpo de L. Analizó sus bolsillos mientras esperaba con ansias, encontrar algún indicio que le permitiera saber que había sido de L durante todo ese tiempo. Ryuga Hideki... Coil...Ryuuzaki... con cuantos pseudónimos te he conocido. Pero sabiendo como reaccionarias, sabiend... no! Con la seguridad de que este seria nuestra ultimo encuentro, algo debías traerte entre manos. Veamos. En el bolsillo trasero encontró un papel meticulosamente doblado. Era una partida de nacimiento. Al leer el nombre ahí escrito, un rasgo de estupor se apoderó de su faz.

Pero... ¿es que era tan fácil? Pero el destino... al parecer si estábamos predestinados a enfrentarnos.

Estruja el documento y lo devuelve al bolsillo del ojinegro. Se incorporó de nuevo y puso un pie encima de él. Con este devenir, tan al alcance de mis caprichos... aún así dudabas de que sería el Dios del nuevo mundo? Enseguida Light camina alrededor de él y piensa en la mejor manera de salir de ahí. Se le ocurre algo con el tragaluz... - No es factible – murmuró. Absorbido por sus pensamientos, con la frente caliente aún, su mano derecha dudo un instante cuando Light de nuevo se disponía a ver que hora era.

- Las 19: 52. ¿Qué pasó con tu venganza, L?¿Que me ibas a mostrar en quince minutos?¿No ibas a demostrar tu superioridad? Eres tan débil que un golpe miserable  del destino te ha acabado. Estas muerto. Y créeme, la idea no me satisface en lo absoluto. ¡Pero hasta pareces un Fénix!. No estoy convencido con todo esto. Pero quiero estar seguro. Ahora, experimentaras mi crueldad y dejarás de ser un estorbo en mi cabeza. – dice mientras se asegura que la cara de L se fije en él. Saca una aguja de plástico enroscada de su cinturón que en el otro extremo tenia adosada una barra de grafito húmedo. Sin dudar más, activa el mecanismo de su reloj. Extrae un pequeño pedazo de papel y se dispone a escribir!
...
Recordó brevemente la animadversión que le había provocado L, recordó cuanto le odiaba por ser el único obstáculo a que su idea de un mundo nuevo y justo exento de criminales y delincuentes se haga realidad. Un lugar donde los seres humanos solo deseen hacer el bien a sus semejantes y vivir una vida sin mentiras y egoísmos, un lugar donde que dependa enteramente de él... ese lugar, - mi reino... Pero luego recordó todos esos momentos en los que, junto con el equipo de investigación se había deleitado con la confusión de L. recordó otros mejores momentos... - y de no ser por ti, no habría virtud en mi victoria. De repente los ojos se le humedecieron – sería una pena ya que Yagami Light es mi único amigo, recordó el castaño... gracias- pensó . Sabía que su paz no llegaría hasta que de una vez por todas lo elimine de la forma más humillante; escribiendo su nombre real en el pedazo del Death Note. Solo le faltaba escribir su apellido.   

Súbitamente las luces del elevador se encienden y éste continúa su prolongado ascenso.
Light ve el indicador del ascensor, que ya indicaba el arribo al vigésimo tercer piso. El elevador se había detenido. Siente que entra en pánico. Guarda la aguja y devuelve el papel al reloj que marcaba las 19:54. Queda absorto un instante. Frunce su ceño. El castaño no tenía más opción. A unos segundos de materializar mi venganza.... Le mira con uan expresión de confusión De repente le asalta una duda, y se fija de nuevo en L. Ahí estaba. Igual, tendido en el piso con la cara de bruces al tragaluz que ahora daba paso a una fuerte luz azulada.

Se tranquiliza ante esa escena. Parece un ángel caído – pensó.

El botón que indicaba el vigésimo tercer piso parpadeaba. Las puertas del elevador se estaban abriendo.

CAPITULO 10
Quince.


En el momento en que las puertas del elevador se abrieron, una bruma blanca lo invadió todo ante el asombro de Light. De repente, sus ojos se enrojecieron y no podía ver bien.
La figura de un anciano con el rostro jovial e inconmovible le dejaron completamente estupefacto. Junto a el, venían tres agentes extranjeros que Light enseguida identificó como personal del FBI.
- Buenas noches –  le dice una voz cansada pero muy familiar
- Wa...tari... pero... tu también! - Light mira a L y siente vergüenza. Watari le echa una mirada también, pero extrañamente no inmutaba la serenidad de su rostro. Solo se aproxima y recoge el cuerpo de L, en una escena que Light sintió muy conmovedora. Parecía que de repente ese anciano hubiera adquirido la fuerza de un animal, o que el cuerpo de su protegido se hubiese hecho mucho más liviano. Dos de los agentes sujetan a Light, y salen junto a él del elevador y dan paso a un Watari quien parecía estar ahora muchísimo más relajado. Al pasar por el pasillo del elevador que era una sala vacía de un tono azul, Light reparó en el vitral que dejaba ver una oscura noche iluminada por luces de neón que indicaban que la vida nocturna de la ciudad de Shinjûku estaba empezando. De repente creyó que se dio cuenta de que era lo que estaba por venir.

Llegan a la sala contigua al elevador y Light se da cuenta de que era una cuarto lujoso de un condominio exótico. No había equipos ni ordenadores que dieran cuenta de que de algún modo la conversación haya sido espiada. Aunque no podía estar seguro. Llegan al dormitorio.
- ¿Que es lo que pretenden trayéndome hasta aquí? Ese cadáver empezará a heder muy pronto – Light profiere una carcajada nerviosa.
- Las preguntas no las haré yo - Un molesto Watari con el ceño fruncido le contesta mientras deposita suavemente el cuerpo de L en la cama del dormitorio. Se arrodilla y toma el brazo izquierdo de L.
- Pero qué... - grita - ¿Piensan mantenerme aquí como sospechoso? ¿Cómo rehén acaso? ¿Pretendes inculparme la muerte de ese pusilánime idiota que no pudo con un golpe en la cabeza? Watari estas yendo en contra de mis garantías constitucionales – el castaño se sonrió.
- Ya le dije que las preguntas no las haré yo, señorito irreverente.
Light se encontraba en una situación muy difícil, aunque ya la había supuesto. De todas formas ya había ideado un plan para deshacerse de todos los presentes.

- ¡Quítenle el reloj! – manifiesta claramente una voz una voz que a Light le parece diabólica. Los agentes reducen a Light y ante la resistencia de éste uno de ellos le golpea en el estómago. El castaño pierde el aire. Le quitan el reloj. El otro agente le da una descarga  eléctrica a Light, inmediatamente cae al piso
- La violencia no es necesaria. Déjenle. Sin ese reloj es completamente inofensivo... - Light reconoce la voz y con una mirada atónita ve como Watari se incorpora, pasa por su costado mientras éste se esfuerza por mantenerse de pie. L esta parado frente a él, con el dedo en la boca inclinado hacia delante.
- Tú... maldito bastardo. ¿Esto era parte de tu plan? – masculla Light desde el piso.
- Sí. Como verás, todo estaba fríamente calculado. L dijo mientras buscó algo en que sentarse. Encuentra un taúd debajo de la cama. – Vaya, como las situación se da la vuelta –dice sonriente, inclinándose mas sobre Light.
- Quince minutos exactos. La operación ha sido un éxito, señorito. – Watari le alcanza un pañuelo blanco.
- ¿Qué hacemos con esto? Dice uno de los agentes sosteniendo el reloj que marcaba las 19:58.
- Pásamelo - dice L. Se coloca guantes ginecológicos que Watari le había dejado. Una vez en sus manos, saca un gancho oculto en el botón de su pantalón – Creo que era así, ¿verdad? – le dice a Light.
- Entonces tu no estabas... - Light empieza a dilucidar el misterio.
- Así es, eres tan apasionado que llevarte por una trama demasiado estudiada me pareció el mejor de los planes. – mientras extrae el pedazo de hoja del Death Note – Watari, fuego. – el anciano le acerca un encendedor - Con su permiso, señorito - Watari se dispone a salir del dormitorio.
- Vete. Déjennos solos – dice L mientras le prende fuego al pedazo de papel. Pero antes, déjenle que descanse.
- Pero que haces... esa era la única prueba que demostraba que yo soy Kira! – fuera de sí y con los ojos desorbitados masculla un Light lleno de confusión en el momento en que los agentes lo tiran en la cama
Los agentes y Watari salen del dormitorio. L se incorpora y camina.
- Light... yo ya sabía que eras Kira. Yo ya te conocía mucho antes de todo esto. Y te envidiaba –dice L mientras incinera el papelito en cuestión. Yo no pretendo juzgarte.
- ¿Que dices? – Light sentía que apenas podía respirar. – Entonces esa vez... eras tu el que se acerco y me preguntó todo eso... maldito. ¿Por qué quemas la única prueba para mandarme a la cámara de ejecución?
- Eres tan iluso. Tu pasión ciega tu raciocinio. Ha sido tan fácil engañarte. ¿Quieres que te cuente primero como lo hice?
Con mucho dolor, Light gira su cabeza hacia un costado. – Si –responde.

CAPITULO 11
Sueño.


- En el momento en que me informaron de que estabas merodeando el edificio, mande a Watari para que te indicara en donde estaba yo. Una hora antes usé un narcótico que me provocaría un estado parecido al de la catalepsia en el momento en que me durmiera o lo que es lo mismo, estuviera inconsciente. El plan del ascensor ya lo tenía en mente desde que empezamos a trabajar juntos en el equipo de investigación. Iba a ser fácil inducirte a que me mataras usando tu pedazo de Death Note en el reloj. Era obvio que era tu única forma para acabar conmigo. Patético.
- ¿Para que hiciste todo esto? 
- La paciencia era una de tus virtudes, Light – se sentó en la cama y tiró el reloj. – Como te decía, todo iba perfecto y estaba previsto, excepto que demostraras con tanta efusividad lo que sentías por mi- se sonrojo. No tuve en cuenta dos cosas. El hecho de que vayas a besarme y que dudes tanto en escribir mi nombre. ¿Por qué me miraste tanto a los ojos y me besaste?

Light ya no entendía nada. El efecto del shock eléctrico ya debería haber pasado, y sin embrago ahora no podía mover un solo músculo. Estaba sufriendo. De repente vio como L se acercaba a él y le estiraba los brazos y las piernas, dejándole completamente tendido en la cama. – Te equivocas, hice eso para asegurarme de que no estabas fingiendo de algún modo, pero lo de la catalepsia... debí haberlo tenido en cuenta conociéndote. L... te odio tanto, bastardo! Estabas viéndolo todo, disfrutando y regodeándote en mi vana gloria!. Una lágrima rodó por su mejilla.

- Eres tan apasionado- dijo L recostándose encima de él – el narcótico fue elaborado expresamente para dejarme plenamente consciente de lo que pasase a mi alrededor. Si hubiera permanecido veinte minutos así hubiera muerto porque mi sistema límbico no soportaría la falta de irrigación sanguínea. Pero al parecer te hubieras alegrado de que yo muriera como un vegetal... ¿no?- Una sonrisa macabra ilumino la cara de L.
- ¿Que pretendes con todo esto? ¿Humillarme más?- de repente Light ya no pudo hablar más, por mucho que se esforzaba, no podía emitir palabra alguna.
- No, querido. No soy ya quien para juzgarte. ¿Acaso no te das cuenta? Yo ya estoy muerto.

Light miró con estupor ese rostro y creyó enloquecer. – Ahora voy a devolverte algo -  L acercó su rostro al de Light, el que solo miraba y había perdido dominio. Le besó en la mejilla y se montó sobre el. Asustado, Light quiso gritar pero de repente se dio cuenta de que era un simple ser humano, por primera vez sintió terror de experimentar algo completamente desconocido, pero luego se tranquilizó, y su mirada se puso gélida y para nada vacilante.

- Así es, Light. Voy a satisfacer tu más preciado, oscuro y anhelado deseo. –Sacó el pañuelo. – Pero que nunca se te olvide, tu sin ese poder sobrenatural que se te ha legado, eres un simple mortal. Sin ese cuaderno. Tu, ante mi no eres nada. De no ser por esa shinigami... yo- amordazó a Light. El solo veía y una sonrisa dominaba sus ojos..

- Simplemente yo soy el mejor-  dijo L al tiempo que ponía sus manos sobre el cuello de Light y le estrangulaba. - Esta es mi victoria!

Solo percibió que detrás de L, Ryuk, el que extrañamente no se había aparecido antes estaba anotando su nombre en su cuaderno.

Light sentía que la profunda necesidad que tenía de L había sido satisfecha.

CAPITULO 12
Necedad.


Una semana había pasado desde que Light había tenido ese loco sueño. Y le había afectado mucho, por lo que la desconfianza que sentía era penetrante.
Sólo en su apartamento, abre la cortina y a través de la ventana solo mira el cielo rasgado por nubes al medio día y recuerda con lujo de detalles todo lo que había pasado. Absorto, con la mirada clavada en la inmensidad de la bóveda celeste, empieza a recordar esa aventura tan dramática. La desconfianza radicaba en que la experiencia pasada había sido muy real. El recuerdo de un amanecer doloroso, empapado en sudor y con el recuerdo de una parálisis nocturna solo hacía que Light se preguntara por el devenir de la vida. Había deseado tanto volver a verlo. Sí, recordaba todo con lujo de detalles. Lo recordaba todo con una absoluta fidelidad...  todo excepto el nombre de aquel por el que – aceptó definitivamente – su corazón había experimentado alegría esa vez. No supo como explicarse a sí mismo todo el torrente de recuerdos que había estado tenido desde hace dos semanas atrás.
- ¡Todo porque esa estúpida de Misa me pidió matrimonio! –Se agarró la cabeza y se echó a reír.
El hecho de comprometerse le había hecho pensar indirectamente en la necesidad que alguna vez había tenido de sentir la compañía de alguien. El afecto. El afecto que no se había animado a realmente explorar. Afecto... sentimientos relacionados... la persona a quien quería de verdad... el deseo de demostrar su superioridad... tantos sentimientos concatenados.

Fue demasiado para el, y lo reconoció humildemente... a su manera.

La risa le dominó y mientras decidía que nunca entregaría su corazón a nadie, no dejaba de pensar en aquel de quien jamás su nombre le sería revelado.

Al menos no en esta vida.


~FIN~
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b/[·a] Death Note

"Un cuaderno con la capacidad de matar a cualquier persona con tan s

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